El martes, 24 de mayo, cuando escuchamos el nombre del asesino de niños en Uvalde, tuvimos una discusión en mi oficina acerca de si el gobernador de Texas estaba pronunciando mal su nombre. En las primeras dos horas se reportó que el apellido del atacante era Romas.
Por eso nos pusimos a buscar en el directorio de Uvalde y en las listas de nombres de las escuelas en Uvalde y en el sur de Texas… y lo que nos salió una y otra vez… fue el apellido Ramos.
Quizás dentro de varios de nosotros había la duda de si el atacante era Latino. “No, no puede ser latino”, me dijo una de mis productoras… “A los latinos las armas no nos causan ninguna gracia”.
Lo recuerdo claramente, porque siempre que hay una noticia en la que están involucrados los latinos y las armas, somos los latinos quienes aparecemos más como víctimas que como victimarios. La organización, ‘Everytown for Gun Safety’ publicó, en septiembre del año pasado, que en Estados Unidos las armas de fuego matan diariamente a 11 latinos.
No solo eso, 36 latinos diariamente resultan heridos también por las armas de fuego.
Hasta recientemente la mayoría de los latinos de Estados Unidos, han favorecido leyes que restrinjan las armas de fuego.
… Martina, mi productora, lo justifica diciendo, “Las armas nos llaman menos la atención a los latinos, de lo que le llaman al resto de los estadounidenses”.
Eso que dice Martina había sido cierto hasta hoy, porque las cifra ya están cambiando.
En noviembre del 2014, el ‘Pew Research Center’ haciendo una encuesta electoral, preguntó a un universo de adultos estadounidenses qué era más importante: proteger en Estados Unidos nuestro derecho a poseer armas de fuego o permitir que el gobierno regule la propiedad de esas armas. El resultado fue este:
Los votantes hispanos registrados a nivel nacional dijeron preferir el control de armas sobre los derechos de los propietarios, por un margen de 62% a 36%. Recuerde usted, eso fue en el 2014
Otro análisis también del Pew Research Center, pero del año 2020, encontró que las cosas habían empezado a cambiar, dos de cada diez latinos en EE. UU., dijeron ya tener una pistola, un rifle o un revolver en su casa, dos de cada diez es el 20%.
¿Qué ocurre, porqué los latinos estamos comprando armas de fuego, cuando antes no nos hacían gracia?
La respuesta no es tan sencilla.
Primero, los latinos tenemos sentimientos encontrados y hasta contradictorios acerca, no solo de la libre posesión de armas de fuego, sino sobre la regulación de esas armas.
Por ejemplo, en el 2016 una encuesta realizada por Latino Decisions, mostró que, si bien el 85 por ciento de los hispanos pensaban que se debería exigir a las personas que pasarán por una verificación de antecedentes para poder comprar un arma, muchos menos, alrededor del 60 por ciento, pensaban entonces que el Congreso debería emitir nuevas leyes restringiendo la libre posesión de las armas. Los latinos tradicionalmente han estado de acuerdo en que los legisladores sean los que busquen, encuentren y establezcan regulaciones para la propiedad, posesión y portación de las armas de fuego.
Recuerde usted que los latinos de Estados Unidos muy pocas veces coincidimos en un tema… Curiosamente esta es la excepción que nos confirma la regla.
Porque viendo a todos los latinos, independientemente de su inclinación o preferencia política, el 82% de los hispanos nacidos en el extranjero piensan que controlar la posesión de armas es más importante que proteger los derechos de propiedad de esas armas.
En comparación, sólo el 59% de los hispanos nacidos en EE. UU., dicen estar de acuerdo en que se controle el derecho de poseer y portar armas de fuego. Entre los jóvenes latinos nacidos en este país, las actitudes son más en favor del derecho a poseer armas, que a confiar en que el gobierno regule ese derecho, y ese cambio es muy significativo.
Una posible razón para estas diferencias es que los latinos venimos de países en los que poseer armas de fuego no es un derecho otorgado por las leyes.
En México por ejemplo, el gobierno tiene un estricto control sobre la propiedad civil de las armas de fuego, y aunque los mexicanos tienen derecho a comprarlas en números y calibres reducidos, los obstáculos burocráticos para obtener las licencias que hacen esa posesión legal, son tan onerosos en dinero y en tiempo, que al final la gente se resigna a que esas armas estén fuera de su alcance. Además, los latinos somos más pasivos y no está en nuestra cultura resolver los conflictos a balazos. Curiosamente, a puñetazos sí, pero nada más.
Pero, México también sufre de una invasión de armas ilegales importadas de todo el mundo y por sus restricciones solo los criminales tienen esas armas. El pueblo mexicano curiosamente no demanda que el gobierno les dé también, el derecho de tener armas con que defenderse.
Hay quien arguye que quizás por eso aparecemos siempre en las tasas de criminalidad de Estados Unidos más como víctimas:
En el 2020, las estadísticas muestran que el 17 % del total de víctimas de homicidios con armas de fuego fueron latinos.
Los afroamericanos que son apenas el 13 % de la población de EE. UU. tiene la mayor tasa de víctimas de homicidios con armas de fuego, el 55 %.
La población blanca, que es el 65% de la población total, tiene una tasa de 25% entre las víctimas de homicidios con armas de fuego.
El cambio
Resulta que a los latinos no nos han hecho gracia las armas, pero hoy, menos gracia nos hace ser víctimas, y por eso nos estamos armando.
Solo considere usted que el pistolero en la masacre a tiros de 2019 en El Paso, Texas fue exclusivamente a matar latinos, y consiguió matar a 23.
En el 2016, el ataque al club nocturno, Pulse, en Orlando, Florida fue durante la noche latina y ahí murieron 43 personas.
Y finalmente, la masacre en la Escuela Primaria Robb, resultó en la muerte de niños pequeños y de dos maestros, en su mayoría eran latinos.
La NSSF, ‘National Shooting Sports Foundation’, que representa a los comerciantes de armas de fuego de EE. UU, en sus datos de ventas minoristas, muestra que los ciudadanos latinos de Estados Unidos compraron armas de fuego en el 2020 a una tasa 49 por ciento más alta que en 2019.
La Asociación ‘Gun Owners of America’ que representa a millones de dueños de armas de fuego, siempre ha dicho que los criminales se detienen cuando saben que su posible víctima está armada. Hoy los Latinos de Estados Unidos parece que oyeron este mensaje… y que le están haciendo caso, porque ya se cansaron de ser víctimas de las armas.
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