¿Agustín Carstens Carstens candidato a la presidencia de la república? Así se sugirió en Twitter, seguramente sin el conocimiento e interés del gerente general de Banco de Pagos Internacionales.
Sin embargo, por ahí va la cosa para la oposición si quiere ganar las elecciones de 2024, necesitan de un candidato capaz de levantar al país del desastre que dejará López Obrador en seguridad, salud, educación, inversión, infraestructura, pobreza y división social; es decir se necesita un TITÁN con la experiencia y conocimiento como para revertir el caos en el corto plazo.
O sea un aspirante con la gracia y otra cosita, que lo acepten de buena gana los partidos y su militancia, porque a decir verdad en este momento ninguno de los que se mencionan por el PRI, PAN y PRD la libran.
Lo de Carstens sirve para confirmar que se tiene que buscar en la reserva de mexicanos con buenos éxitos a cuestas y el exgobernador del Banco de México y exsecretario de hacienda es uno de ellos, otro pudiese ser Julio Frenk.
Contra lo que muchos creen hay tiempo para hacer una lista de diez o doce, entrevistarlos, analizar virtudes y defectos y, sobre todo, contar con su interés de enfrentar una contienda que será en superlibre, con Morena haciendo acopio de todos los recursos y brincándose todos los límites.
Y no se trata de ganar por ganar, lo ideal es que el próximo sea un presidente de transición, interesado solo en el país, que no tenga tentaciones partidistas, que se den los pasos para un verdadero gobierno de coalición, para que los partidos tengan tiempo para reestructurarse con miras al 2030.
Para lo bueno y para lo malo hay que observar lo que está sucediendo en Colombia, que por cierto evidencia que la segunda vuelta no es ninguna garantía, es muy probable que gane Rodolfo Hernández, quien llegó con poco tiempo a la contienda, sin apoyo partidista, ni grandes gastos, le ha bastado la inconformidad de la sociedad.
El ánimo colectivo se deja llevar por acciones momentáneas, como ocurre con Lilly Téllez y Luis Donaldo Colosio. La senadora ha encontrado en el parlamento un campo adecuado para sus talentos, pero no tiene una experiencia administrativa ni de gobierno. El presidente municipal de Monterrey es demasiado joven, y no lo comparen el presidente de Chile, primero que libre bien el encargo actual.
López Obrador parece que se quiere convencer de que tiene buenos candidatos, pero no es así, tanto Marcelo Ebrard como Claudia Sheinbaum huelen a sangre, la línea 12 los va a marcar por lo que les resta de vida y en el caso de la jefa de gobierno hay que agregar la tragedia del colegio Enrique Rébsamen.
En esas condiciones la mejor carta de Morena parece que será Adán Augusto López Hernández por su innegable cercanía con el presidente, pero aún él a su paso por Tabasco dio muestras de intolerancia.
¿Y Monreal? Ya veremos hacia dónde se encamina.
Con los partidos de oposición pasa casi lo mismo, de momento solo se puede tomar en serio a Enrique de la Madrid y Ricardo Anaya, los dos con experiencia y trayectoria, pero su vinculación partidista es una desventaja para una candidatura, la buena noticia es que son jóvenes y una senaduría sería un buen paso hacia 2030.
Con todo y sus pérdidas, PAN, PRI y PRD tienen estructuras que pueden recomponerse si de por medio hay un candidato que no polarice y pueda ganar.
En su recorrido Claudio X. González, Gustavo de Hoyos y grupos que los acompañan saben de mexicanos con las atribuciones para construir una candidatura ganadora, que entre bromas y veras no son pocos los Agustín Carstens o Julio Frenk, pero hay que hacer la tarea.
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