Los retenes de civiles armados en la carretera de Badiraguato, cuna de Joaquin “El Chapo” Guzmán, se hicieron presentes durante la segunda visita del presidente Andrés Manuel López Obrador al “Triángulo Dorado”, zona limítrofe de los estados de Sinaloa, Durango y Chihuahua, conocida por su elevada producción de narcóticos.
Desde la tarde del pasado jueves hasta este sábado, el mandatario federal realiza una gira por Sinaloa, pero este viernes también encabezó un evento en el municipio de Guadalupe y Calvo, en Chihuahua, para supervisar la construcción de la Carretera Tamazula – Canelas y Badiraguato – Guadalupe y Calvo, la misma que supervisó en su arranque hace dos años, cuando se encontró y saludó a la mamá del narcotraficante El Chapo Guzmán.
El presidente arribó a la zona en helicóptero de la Fuerza Aérea, debido a que antes del evento celebró su conferencia mañanera en Culiacán, Sinaloa, y el trayecto en carretera son 5 horas y media.
Pero vía terrestre partió desde Culiacán una caravana de cuatro vehículos, uno con funcionarios locales, otro con prensa del estado y dos más con prensa nacional para cubrir el acto, en el que el presidente de la República, además de la supervisión de la carretera, dio arranque de la Tercera Jornada Nacional de Siembra del Programa Sembrando Vida.
Una camioneta va con una decena de periodistas, dos camarógrafos, un fotógrafos y seis reporteros, se quedó atrás de los vehículos en caravana.
“¿Son del gobierno?”, preguntó uno de los hombres que, con al menos tres vehículos y una decena de personas, bloqueaban la carretera a la altura de Badiraguato.
-No, somos de la prensa, prensa nacional, venimos al evento del presidente López Obrador -contestaron los reporteros.
-“Así que acá anda Andresito”, dijo el hombre.
El sujeto que hacía las preguntas vestía un traje tipo militar, con chaleco blindado y casco, pero con huaraches. Sus manos las tenía fijas en un arma de asalto tipo AR-15 y en la pechera llevaba 8 cartuchos. Luego rodeo el vehículo y abrió la puerta para hacer una revisión visual.
“¿Traen armas?” -preguntó ya con un tono risueño-.
-No, sólo cámaras, -respondieron-.
“¿Están apagadas las cámaras?”, interrogó.
-No jefe, para nada -dijeron-.
“¿Pasan por Los Frailes?” -preguntó.
-No conocemos la ruta; como marca el GPS -contestaron.
“Se van a llevar a este viejo, él va para Los Frailes. Él conoce la ruta”, dijo.
Luego subió a la camioneta el señor al que llamaron viejo, porque aparentaba una edad mayor de 65 años; vestido con una camisa a cuadros color crema, un gorro, en el cuello colgando de una correa una radio portátil y en su mano un improvisado vaso con refresco de cola, hecho con una parte de la misma botella cortada.
Después, el retén de civiles, la mayoría vestidos y armados igual como la persona que nos interrogó, abrió paso a la van.
En el camino, el acompañante de la prensa compartió que se llamaba Eleuterio Carrillo; que iba camino a Los Frailes, en la sierra de Sinaloa, para construir una casa para su hijo con madera local; e iba platica lo mucho que conocía la zona, describiendo lugares y sitios destacados.
“A ver si nos dejan cortarla porque está prohibido. Ya hicimos una muy bonita, ojalá pudieran verla”, dijo.
TE PUEDE INTERESAR: