Científicos de varios países han detectado 17 erupciones solares procedentes de una única mancha solar, lo cual no tendría nada de espectacular, salvo que dos se dirigían a la Tierra y se fusionaron en una «eyección de masa coronal caníbal» que viajaba a 3 millones 27 mil 599 km/h y pegaron la noche de ayer. Pero, ¿cuáles fueron sus consecuencias?
El Centro de Predicción del Tiempo Espacial (SWPC) de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica detalló que las dos erupciones dirigidas a la Tierra, liberadas por las regiones activas 12975 y 12976 del Sol el 28 de marzo y el fenómeno impactó con la tierra el pasado 31 de marzo.
Era una tormenta G3, considerada como fuerte, lo que significaba que podía causar una aurora hasta el sur de Pensilvania, Iowa y Oregón, en Estados Unidos, informó Live Science.
¿Las tormentas “caníbales” son peligrosas?
Aunque el nombre se presta para imaginar escenarios apocalípticos, sólo podrían interferir en la infraestructura de la Tierra, afectando a los sistemas de comunicación y dispositivos eléctricos a una escala insondable, pero sólo si son muy masivas.
La última vez que hubo afectaciones, de acuerdo con la NASA, en 1989 se reportó un apagón de 12 horas en Quebec, por una tormenta solar y en 1859, en una de las tormentas solares más grandes conocidas eliminó los sistemas de telégrafo y provocó auroras en Hawái.
Por su parte, las tormentas G3 pueden causar «problemas intermitentes de navegación por satélite y de radionavegación de baja frecuencia»; al respecto, el Centro de Predicción del Tiempo Espacial de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica advirtió que podría producirse una carga en la superficie de los componentes de los satélites, pero hasta el momento no se han reportado este tipo de daños.
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