El Banco Nacional de México-Citibanamex a través de Fomento Cultural Citibanamex, A. C., la Fundación Diez Morodo, A. C. y el Estudio Yvonne Domenge tienen el honor de presentar la exposición Interconexiones, dedicada a la sólida y amplia producción de la escultora mexicana Yvonne Domenge.
La muestra, que sintetiza varias de las búsquedas fundamentales de la artista respecto a la ciencia y la naturaleza a partir de la perfección armónica de la esfera, se organiza en torno a la pieza monumental Cicek, situada en el patio central. El nombre significa flor, en turco, y expresa en forma y contenido el culto que Domenge desarrolló sobre esos temas.
Desde su infancia, Domenge quedo fascinada por la filosofía de la armonía del Universo, donde la esfera es el símbolo del Ser. En su ejercicio profesional exploró posibilidades formales y simbólicas de la esfera, siempre orientada por la voluntad de unir conocimiento y belleza.
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A partir del encuentro con el arquitecto Agustín Hernández, la escultora comenzó su exploración de la geometría y de ella hizo su pasión. Aprendió a realizar obras que siguen un proceso constructivo de redes y módulos con un patrón central, de forma generalmente pentagonal, visible en el eje principal de varias piezas en diferentes escalas. Esta influencia fue tangible desde los años noventa, cuando de expresiones realistas y esquematizadas de la figura humana derivó a creaciones abstractas y esféricas. El campo de la geometría le educó la mirada para descubrir las estructuras que existen en la naturaleza y que nutren el conocimiento científico.
En lo temático, las esferas y sus variantes establecen alianzas con conceptos filosóficos y científicos, con la música, con ciclos y motivos de la naturaleza, con el cuerpo social y con el cuerpo propio, con elementos macro y micro cósmicos. Asimismo, en una jerarquía igualmente destacada, el repertorio de Domenge incluye la representación de símbolos y dispositivos de culturas ancestrales, con las que mantuvo un diálogo profundo y constante.
La belleza es una protagonista de primer orden como expresión y concepto. Es la cualidad que permite el registro de sensaciones, emociones y experiencias transformadoras, tanto en su disfrute individual como en el colectivo.
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Al respecto, Yvonne Domenge comentó: Mi deseo es que, al contemplar mis obras y ante el estímulo de la belleza, el observador se abstraiga de sus pensamientos cotidianos y en un pequeño fragmento de tiempo logre cambiar su estado de conciencia. Para mí, este es el mayor mérito de una obra de arte.
La curaduría se articula en seis núcleos temáticos: Entre el ser y la esfera, La geometría de la forma, Una mirada al cosmos, Viaje a la semilla, Interconexiones y Compendio de vida.
Encontramos reproducido, asimismo, el estudio de la artista, ubicado en Tizapán, San Ángel, con una fidelidad tan afortunada que nos trae su presencia, su voz, su encanto y su fuerza. Sobre todo, el privilegio de celebrar con ella este homenaje que la confirma como una de las escultoras mexicanas más destacadas de nuestro tiempo.
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