RAFAEL CARDONA
“La parroquia o municipio de San José de Gracia, tema de estos apuntes, no aparece citada en ningún libro de historia de México, ni se menciona siquiera en alguna historia de Michoacán. Figura en muy pocos mapas, y en poquísimos se ubica bien, en el cruce del paralelo 20 y del meridiano 103. Es un punto ignorado del espacio, el tiempo y la población de la
República Mexicana…”
Con esas palabras Luis González y González inicia el prólogo de su obra más conocida, “Pueblo en vilo”, con la cual abre el capítulo importante en esa especialidad historiográfica llamada “microhistoria”.
Y si bien hasta el año 1967, cuando se concibió el célebre estudio, San José de Gracia era un punto ignorado en el espacio, el tiempo y la población mexicanos, hoy ese lugar se pone en la primera plana de todos los diarios de México debido a una masacre entre narcotraficantes, frente a la cual el Estado (sea quien sea su representante o vocero) no atina sino a tropezar y decir sandeces.
Los hechos, relatados a través de una especie de nueva “microhistoria” criminal por el subsecretario Ricardo Majìa Berdeja, tiene una conclusión terrible: el Estado sabe todo sobre la vida y actividades de los delincuentes, pero es incapaz de frenar sus crímenes y sus actividades.
Ricardo Mejía, en la exposición de ayer en la conferencia del Palacio Nacional; le dedicó mil 700 palabras para explicar por qué no se pudo hacer algo con la debida oportunidad, en una localidad minúscula, ni tampoco dónde quedaron los muertos.
En San José de Gracia los muertos desaparecen, como en Iguala. Aquí no fueron 43; fueron al parecer 17. Ahora alguien deberá comenzar el rentable “pase de lista”. Además, ya se ha incorporado a la fraseología de la IV-T un nuevo lema del cual se le envió debida copia a Alejandro Encinas y su poco frutífera labor en cuanto a los desaparecidos en el país:
“Muertos se los llevaron: muertos los queremos.”
La explicación sobre los hechos termina con algunas frases conmovedoras por su ingenuidad:
“No se tiene una certeza, ni un número. Decirles que ya empezaron a llegar algunas denuncias anónimas de posibles lugares donde pudieron haber depositado los cuerpos”.
–Dicho de otro modo, no tenemos ni la más remota idea y nada más esperamos el “chivatazo”. Hasta ahí llega la capacidad de investigación.
“Queremos señalar, y esto lo subrayamos, que no hay ninguna denuncia al momento de vecinos de la comunidad de San José de Gracia que estén denunciando (pues si las denuncias se hacen denunciando), alguna desaparición de algún vecino de esa comunidad, todo lo que se ha venido a recabar es que Alejandro ‘N’ llega acompañado de personas, que son previsiblemente quienes algunos de ellos pudieron haber sido privados de la vida, pero que no eran originarios del lugar y que lo estaban escoltando.
“Entonces, hasta ahorita son los hechos, ya la fiscalía local también ha estado señalando. Nosotros, por instrucción directa del presidente, vamos a seguir trabajando en esta fuerza de tarea que está pendiente con la fiscalía de Michoacán, con las autoridades locales para el pleno y total esclarecimiento de los hechos y para que no haya impunidad”.
Pues mientras no haya castigo, hay impunidad. Y mientras no haya individuos muertos, no hay (jurídicamente) “cuerpo del delito”. Ya una vez localizados los cadáveres se procedería a la investigación forense y algún día a la inhumación de los despojos, pero sin velorio. Los velorios son peligrosos en ese pueblo.
AEROFLOT
El célebre tuit de Miguel Torruco, el secretario de Turismo federal dándole la bienvenida a Aeroflot, fue calificado como una idiotez por medio mundo. En el otro medio está la palabra presidencial. Bien dicho, no nos vamos a cerrar al mundo.
Al fin el aeropuerto TAPO (Terminal Aeroportuaria del Poniente), se inaugura en Santa Lucía dentro de pocos días…
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