El exdirigente estudiantil Gabriel Boric juró este viernes como nuevo presidente de Chile con la promesa de dar un giro a la experiencia neoliberal, impulsar un Estado de bienestar con conciencia ecológica, feminista y capaz de reducir las desigualdades.
Boric se convirtió a sus 36 años en el presidente más joven de la historia de Chile, sucede al conservador Sebastián Piñera y llega con la promesa de convertir a Chile, donde el 1% de la población posee el 26% de la riqueza.
Llega al cargo, por un periodo de cuatro años, enfrentándose a una desaceleración económica, una alta inflación y un Congreso dividido que pondrá a prueba su capacidad de negociación para impulsar reformas en salud y pensiones, al tiempo que endurece la regulación medioambiental.
La ascensión de Boric marca una encrucijada para Chile, durante mucho tiempo bastión del libre mercado y la responsabilidad económica en la volátil Sudamérica. El país está reformulando su Constitución de la época de Augusto Pinochet, que ha apuntalado el crecimiento, pero a la que se acusa de fomentar la desigualdad.
El Gabinete de Boric, con mayoría de mujeres, también juró el viernes después de que él tomara la banda presidencial. También asistieron delegaciones de Estados Unidos y España.
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