Alejandro Aguirre
Y es que, de acuerdo a amigos cercanos al expresidente, (así como a un par de familiares que confirmaron la información), Peña tiene fecha de regreso a la vida política del país para el último trimestre del año. Dicha acción cuenta con la anuencia de López Obrador.
Su retorno no será necesariamente físico. No esperemos verlo en algún restaurante de la CDMX, mucho menos en fotos filtradas de alguna reunión celebrada en la oficina de “tal o cual” personaje. Peña tiene la encomienda, con carácter de voluntario, de allanar algunos caminos para Claudia Sheinbaum.
Es parte del acuerdo signado entre el mexiquense y el tabasqueño; el “ganar-ganar” que involucra para Peña la garantía de irse tranquilo hasta el 2024, como para AMLO la seguridad de que ninguno de los videos comprometedores (mínimo diez), en manos de su antecesor salgan a la luz pública.
El que EPN asegure no difundir alguno de los videos que pondría en aprietos a AMLO, no significa que por otra vía pueda evitarse su revelación, sin embargo, el expresidente tiene cuatro materiales que (me afirman), nadie más posee en el país; todos ellos sobre familiares del habitante de Palacio Nacional, y eso, acabaría por sepultarlo.
De ahí el interés especial del presidente por mantener cerca y “apapachado” a Peña Nieto. No es lo mismo ventilar a funcionarios o amigos de AMLO en asuntos incómodos, que a su propia sangre, como ocurrió con la casa gris. Otra sacudida de ese tamaño reventaría casi cualquier resquicio de la 4T.
Dicho de otra manera: esos cuatro videos que sólo EPN tiene son “oro molido”, y prácticamente, su seguro de libertad cuando menos hasta que acabe el mandato de López Obrador. Sin embargo, el pacto de caballeros implica, a manera de cortesía del mexiquense, apoyos para Sheinbaum, sin comprometerse (necesariamente), a que gane.
Dentro del “acuerdo” estaba contemplado, como se reveló oportunamente en este mismo espacio, el desmarque de Peña en todo lo relacionado con Emilio Lozoya, y así ocurrió, más allá de las ventilaciones mediáticas y lógicas referencias a su nombre, por la naturaleza del caso.
AMLO y EPN mantienen su acuerdo vigente, aunque esos cuatro y fuertes videos brindan, (al momento y quizá hasta el final del sexenio), una valiosa ventaja para el mexiquense, ¿o no?
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