Las autoridades sanitarias de China tomaron la decisión de confinar a toda una ciudad debido a un brote de casos Covid-19 derivados de la variante Ómicron.
Las autoridades anunciaron que todos los pobladores deberán permanecer en sus casas y no podrán salir de ellas a menos que tengan un resultado negativo de 48 horas previas.
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La estrategia de China consiste en limitar las actividades de las ciudades para evitar que los casos se propaguen, pues la variante Ómicron ha afectado duramente al país.
La actual ola de contagios ha puesto a prueba esa política china, obligando a las autoridades a liberar camas de hospital con pacientes que presentan síntomas moderados. Algunas ciudades como Shanghái han aplicado confinamientos a edificios específicos, evitando un cierre de toda la ciudad pese a que ha registrado hasta centenares de contagios diarios.
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