Las autoridades canadienses aumentan la presión sobre los antivacunas y grupos radicales que desde hace seis días bloquean el centro de Ottawa para que cesen sus protestas.
El jefe de Policía de Ottawa, Peter Sloly, advirtió de que la situación está rebasando la capacidad de la Policía para actuar y señaló que puede que sea necesaria la intervención del Ejército.
Ante la exasperación de la población local, que denuncia amenazas, hostigamiento y contaminación acústica por el incesante toque de bocinas, el jefe de policía Peter Sloly prometió “poner fin a esta manifestación ilegal e inaceptable”, sin dar, sin embargo, plazos concretos. “Esta manifestación es cada vez más impredecible y peligrosa”, dijo ante la prensa.
Desde hace una semana, Ottawa es escenario de un movimiento de protesta iniciado por camioneros, que rechazan la obligación de vacunarse para cruzar la frontera con Estados Unidos.
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