El ministro de Energía y Minas de Perú, Rubén Ramírez, anunció el lunes la paralización temporal de la carga y descarga de hidrocarburos de la refinería de Repsol en el mar, tras un derrame de más de 10 mil barriles de petróleo ocurrido hace más de dos semanas y que ha generado daños ambientales.
Ramírez dijo en Twitter que la suspensión de estas actividades será hasta que la empresa española «ofrezca garantías técnicas de que no se va a producir otro derrame; además (porque) no ha evidenciado acciones claras de limpieza» de las zonas afectadas.
El derrame de crudo tuvo lugar en el Océano Pacífico frente a la costa de Lima el 15 de enero, y la Refinería La Pampilla de Repsol atribuyó el hecho a olas inusuales provocadas por la erupción de un volcán submarino a miles de kilómetros de distancia en la isla de Tonga.
Repsol dijo que no terminará de limpiar el petróleo en el mar y la costa hasta fines de febrero.
El presidente peruano Pedro Castillo calificó el hecho como el mayor desastre ecológico que ha afectado al país en los últimos años.
La Refinería La Pampilla de Repsol es la mayor de Perú y supone el 54% de su capacidad de refino.
Los fiscales están sopesando los cargos penales contra los ejecutivos por el derrame y lograron que un juez prohibiera a cuatro de ellos, incluido el presidente de la filial de Repsol, salir de Perú durante los próximos 18 meses.
El gobierno de Perú, que también evalúa pedir una indemnizaciones a la compañía por los daños causados, ha dicho que el derrame involucró 11 mil 900 barriles de petróleo, mientras que Repsol dijo que fueron unos 10 mil 396 barriles.
La compañía española sostuvo que ya se ha recuperado el 35% del petróleo derramado.
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