Los jefes de la diplomacia británica, Liz Truss, y estadounidense, Antony Blinken, se reunieron antes del inicio de la cumbre y coincidieron en su apoyo a Kiev.
Truss afirmó que es importante que «todas las naciones tengan alternativas para tratar con regímenes autoritarios«, al presidir la reunión de ministros de Asuntos Exteriores del Reino Unido, Estados Unidos, Canadá, Francia, Alemania, Italia y Japón. «Y tenemos que unirnos con fuerza para hacer frente a los agresores que pretenden limitar los límites de la libertad y la democracia», añadió.
«Los países del G-7, como principales democracias y economías del mundo, necesitan unirse para avanzar en las fronteras de la libertad, necesitamos mostrar un enfoque positivo y proactivo para hacernos más seguros, más competitivos y más capaces de defender los valores en los que creemos. Tenemos que defendernos de las crecientes amenazas de actores hostiles», dijo Liz Truss, Ministra de Asuntos Exteriores del Reino Unido.
A Estados Unidos y a sus aliados de la OTAN les preocupa que el desplazamiento de tropas y armas rusas a la región fronteriza pueda ser el preludio de una invasión y han dicho que impondrían fuertes sanciones a la economía rusa si eso ocurre.
Moscú niega estar planeando atacar a Ucrania y acusa a Kiev de sus propios designios supuestamente agresivos.