Cada uno de los temas viene acompañado de una detallada reflexión, en ocasiones casi una confesión, sobre el proceso creativo de McCartney, que hoy presentó el trabajo en el centro Southbank de Londres ante un público de cientos de personas tan entregado a las anécdotas que relata sobre su infancia como a las canciones de los Beatles.
El libro, que surge a partir de largas conversaciones con el irlandés Paul Muldoon, Pulitzer de poesía en 2003, revela el proceso de maduración creativa de un músico que siendo aún adolescente pasó de imitar el estilo de Buddy Holly y Little Richard a reflejar sus propias experiencias a través de su obra.
Desde I lost my little girl, que compuso con 14 años tras la muerte de su madre, hasta I don’t know, escrita hace apenas tres años durante una crisis personal, McCartney relata como la composición actúa en él «como una sesión de psiquiatra».
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