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Más que prófugo, perseguido político: Juan María Naveja

Publicado por
José Cárdenas

Juan María Naveja

 

 

A Ricardo Anaya le faltaba una estrategia de campaña, ya la tiene gracias a López Obrador. Su regreso a la vida política había sido tímido, salvo el cruce de comentarios que ambos tuvieron a propósito de la cerveza, sus videos semanales no habían penetrado.

Ahora sí, su calidad de perseguido político lo pone en la carrera hacia el 2024 como una víctima de un gobierno que ataca a sus adversarios y redime a los suyos, trátese de los familiares del presidente, de capos o de los integrantes de su equipo de gobierno.

Haberse quedado en México con una fiscalía y un fiscal plegados a la presidencia era correr la misma suerte que Rosario Robles.

El dedo flamígero del presidente a diario señala a quienes les guarda algún rencor: Felipe Calderón, Claudio X. González, Enrique Krauze, Héctor Aguilar Camín, Lorenzo Córdova, Ciro Murayama, España, Iberdrola, El País, Reforma, El Universal y otros personajes, instituciones, empresas y organismos son el blanco cotidiano.

López Obrador como hace con quienes sufren su desprecio da por verdades las versiones así vengan de un delincuente confeso como Emilio Lozoya, a quien su gobierno ha protegido tanto que no ha estado un segundo en prisión.

Lozoya mencionó más de 70 nombres, entre ellos el expresidente Peña Nieto, los exsecretarios Luis Videgaray, José Antonio Meade, Ernesto Cordero, los exgobernadores de Querétaro y Tamaulipas, el actual gobernador de Puebla; entre otros que no han sido molestados por la fiscalía.

Desde el pasado 7 de junio comenzó el proceso de desgaste de López Obrador, conforme se vayan extinguiendo los cinco años diez meses para los que fue elegido se irán evidenciando sus filias y fobias, por ejemplo la manera artera con que se refiere al exsecretario de seguridad, Genaro García Luna, quien a la fecha no ha sido sometido a juicio, en cambio para nadie pasa desapercibido lo obsequioso que ha sido con la familia del Señor Guzmán, como se refiere al Chapo el propio presidente, la confesión de que fue él quien liberó a Ovidio Guzmán, la condescendencia con la que se refirió a Félix Gallardo, la obsesión por liberar a Isarel Vallarta para atizar más la caldera contra García Luna y la negociación para liberar al General Cienfuegos.

Llegará un momento en que todo lo anterior se sume al creciente número de asesinatos dolosos y a las miles de víctimas a causa de la pésima gestión de la pandemia y vaya Usted a saber lo que haga el próximo presidente de México.

Es evidente que a López Obrador no se le olvidan momentos que lo han marcado, como la elección de 2006, de ahí sus constantes ataques contra Felipe Calderón y la forma en que lo exhibió Anaya durante los debates del 2018.

El periodista veracruzano Alejandro Aguirre, publicó un artículo en El Universal en el que asegura que el presidente habló por teléfono con Peña Nieto, según la misma fuente, se comunican con cierta frecuencia ¿Habrán tratado los riesgos de que la campaña de Anaya crezca?

En las últimas semanas al presidente se lo ve molesto, pierde los límites hasta con los propios, igual la agarra contra Gerardo Esquivel que descalifica a Delfina Gómez o exhibe al recien llegado Ramírez de la O.

Por supuesto que es ingrato salir huyendo del país, a nadie le resulta un paraíso vivir en el exilio, Ricardo Anaya leyó bien las amenazas, ahora al tiempo que evita que arruinen su vida y la de su familia, podrá construir una candidatura como el perseguido político de López Obrador.

Aquí la primera réplica de Anaya, de las muchas que vendrán.

https://www.facebook.com/RicardoAnayaC/videos/1239625886461953

 

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José Cárdenas