Siguiendo la estela de Israel y Uruguay, Chile arrancó este miércoles la administración de terceras dosis de vacuna contra el covid-19, un plan que busca frenar el flujo de nuevas variantes, especialmente la Delta, ahora que el país se encuentra en su mejor momento epidemiológico de toda la pandemia.
La campaña se anunció la semana pasada tras conocerse los resultados de un estudio que evidenció una disminución del tiempo en la efectividad para prevenir contagio sintomático de las vacunas de Pfizer y Coronavac, especialmente de esta última, del laboratorio chino Sinovac, fórmula administrada al 72 por ciento de la población objetivo.
«Hoy iniciamos un plan con el que esperamos que durante las próximas cuatro semanas puedan recibir una dosis de refuerzo dos millones de personas», celebró el presidente Sebastián Piñera.
En los próximos diez días y empezando por los mayores de 86 años, el país tiene previsto inocular una dosis adicional de AstraZeneca a todos los mayores de 55 años que fueron vacunados con Coronavac.
También podrán obtenerla los inmunodeprimidos, y a partir de septiembre, se ofrecerá a los menores de 55 años, agregó el mandatario.
Esta estrategia viene a reforzar uno de los planes de vacunación más exitosos del mundo, que alcanza a más del 82 por ciento de la población objetivo con dos dosis, en su mayoría de Coronavac, pero también Pfizer, AstraZeneca y CanSino.