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Un juego perverso: Juan María Naveja

Publicado por
José Cárdenas

Juan María Naveja

 

¿Algo sabe López Obrador que no nos ha dicho? Porque de ahora al 2024 aún falta mucho tiempo y a diferencia de los más ortodoxos del ritual priísta, decidió adelantar el choque de trenes que suele producirse entre los aspirantes a la sucesión.
Primero hay que dejar claro que nada ni nadie puede anticipar los resultados de la próxima elección presidencial, primero, porque ninguno de los pretendientes vinculados con Morena tiene el arrastre y trayectoria de López Obrador, el país es otro y, seguramente, en los próximos dos años pueden suceder muchas cosas, buenas y malas. Segundo porque no conocemos a los candidatos de la oposición, aunque el presidente no lo crea, hay tantos o más que los cercanos a sus afectos.
El ejercicio de López Obrador se antoja más perverso que político, dejar fuera a Ricardo Monreal, parece una reacción del profundo disgusto que le ocasionó la derrota en el Valle de México, huelga abundar en lo que se especula en torno a la alcaldía Cuauhtémoc.
A lo anterior hay que añadir las sorpresas en la lista que reveló, en particular Juan Ramón de la Fuente, quien ha sido mencionado en las últimas cuatro elecciones, Esteban Moctezuma, quien llegó a figurar en el sexenio de Zedillo y desde luego Tatiana Clouthier y Rocío Nahle.
Cualquiera medianamente enterado supondría que le faltaron personajes de la talla de Lázaro Cárdenas o el mismísimo Arturo Zaldivar, quien llena TODAS las complacencias de Andrés Manuel.
La verdad es que el país atraviesa por tantos problemas que perder energías en el juego sucesorio es dañino, por decir lo menos. La economía está en graves condiciones, la inseguridad creciente, el sistema de salud en la peor situación de la historia y muchos problemas más que requieren de toda la concentración y esfuerzo de los tres órdenes de gobierno y los otros poderes, tanto en el ámbito federal como en el estatal.
Como hace pocos meses, algunos presuntos analistas descalifican a la oposición.
No hay que tener duda, habrá oposición y fuerte, hay mucha inconformidad entre personajes influyentes y grupos poderosos que no se van a quedar de brazos cruzados.
Sin mucho esfuerzo se puede desplegar una veintena de nombres que en este momento parecieran sin posibilidades porque no son funcionarios, no están en el gabinete o en el juego partidista; pero están construyendo proyectos, de manera discreta, porque saben que dar la cara a casi dos años de las postulaciones es de alto riesgo con un presidente que concentra todo el poder y no se mide para actuar contra quienes considera sus adversarios.
Lo de Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard es parte del juego de López Obrador, ambos se vieron en serios predicamentos hace unos días con la tragedia y el desaseo administrativo en torno a la línea 12 del metro, conocen y saben de las reacciones del presidente, ya tienen suficientes ejemplos de que no se caracteriza por sus lealtades.
Por supuesto, López Obrador buscará asegurar la sucesión y con ello alguien que le cuide la espalda, haría bien en darle una revisada a la historia: López Portillo mandó a Echeverría de embajador en las antípodas, Zedillo encarceló a Raúl a pesar de la huelga de hambre de Salinas de Gorari, Calderón se distanció de Fox y bueno, no siempre va a funcionar un pacto de impunidad…

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José Cárdenas