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La desgracia de una generación: Juan María Naveja

Publicado por
José Cárdenas

Juan María Naveja

 

 

“A los militares los mandaron de albañiles, a los maestros los quieren de afanadores”.
Lejos estamos de conocer el impacto de esta generación de niños y jóvenes a causa de la mala gestión de la pandemia, en materia de pérdidas humanas podrá medio cuantificarse y sorprendernos con las cifras más altas en la historia de México, un país que no debió pasar de los 60 mil muertos que pronóstico el inefable, López Gatell, la razón en ese momento fue que el COVID-19 era, un virus que atacaba, sobre todo, a los adultos mayores, sin embargo poco se analizó del impacto que tendría en el ámbito social, principalmente en el tema de la educación donde se registran las consecuencias más severas para los alumnos que fueron sometidos a un programa ineficiente, precario e irresponsable.
Y no, no se dejen engañar, el problema viene desde el primer día, he escuchado algunos comunicadores elogiar la reacción para la segunda parte de ciclo escolar 2019-20, pero la realidad es que lo hicieron tan mal que dejaron pasar el tiempo de gracia que ganó México. Desde enero del año pasado había visos de que se estaba incubando una epidemia, en febrero ya era pandemia, pero tardó en llegar, dos valiosos meses se fueron al garete. Cuando los especialistas advertían que las clases tendrían que ser a distancia, el gobierno federal con la Secretaría de Educación a la cabeza y sus similares en las entidades federativas con apoyo de TODO el gabinete, debieron trazar un proyecto que contemplase equipos de cómputo e internet para TODOS los maestros y alumnos.
¿Sabes que los maestros no pudieron llevarse a su casa los equipos de cómputo para dar seguimiento a sus alumnos? Siendo así, aquellos que solo tenían un celular de alguna manera salían del paso, muchos no tienen una tableta o una computadora personal.
La UNESCO ha reconocido la brecha que se ha generado por las desigualdades educacionales, las familias con posibilidades económicas registran niveles más altos en el aprendizaje. El encierro ha profundizado la brecha educativa, el rendimiento y las habilidades de los más pobres.
El daño está hecho, pero el futuro no pinta nada bien. Por decreto se ordenó el regreso a clases y, otra vez, sin las medidas indispensables. Muchos planteles han sido vandalizados y/o descuidados, necesitan reparaciones de todo tipo, solo por poner un ejemplo, la limpieza es un problema, no hay recursos para la compra de los insumos, para cumplir con el aseo, que ahora debe incluir la llamada sanitización, además de artículos higiénicos, requiere de brazos, porque el personal por orden de su sindicato evitó que los trabajadores de limpieza se presenten a laborar y a las autoridades les ha resultado fácil decir que los productos los compren los padres y la limpieza corra por cuenta de los maestros. Obvio, unos y otros ya pusieron el grito en el cielo.
Y las preguntas quedan en el aire ¿Qué hicieron con los recursos que estaban presupuestados para mantenimiento, compra de materiales y de equipos, renovación y adquisición de mobiliario?, ¿estos recursos que no fueron ejercidos no pudieron canalizarse ante la emergencia en tabletas básicas para los alumnos?
El problema educativo de México ya era complicado, ahora es de extrema gravedad y no se resuelve poniéndole seis o hasta diez de calificación a los alumnos para que pasen de grado; el impacto va mucho más allá de las aulas y las consecuencias están por venir

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José Cárdenas