El padre Gilberto Vergara, párroco de Aguililla, Michoacán, indicó que después de 15 días de confrontaciones, por fin han tenido unas horas de relativa tranquilidad, la cual es muy endeble, por lo que no se le puede considerar paz, ya que viven en medio del miedo y la alerta ante la posibilidad de nuevos hechos violentos
En entrevista con José Cárdenas, señaló que la estrategia de abrazos y no balazos puede funcionar cuando un Estado se encuentra en orden, pero no en un lugar como Aguililla donde primero hay que recuperar la tranquilidad y después pensar en una estrategia como la que promueve el presidente