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La intervención del Jefe en la CDMX: Martha Gutiérrez

Publicado por
José Cárdenas

Martha Gutiérrez

 

 

Evidentemente para muchos, dentro de los márgenes de error los resultados de la elección del pasado 6 de junio a nivel nacional eran esperados. Tampoco es sorpresa que Morena con sus aliados retenga una mayoría simple en la Cámara de Diputados, ni que haya ganado también la mayoría de gubernaturas.

Como lo anticipe en anteriores columnas, se esperaban estos resultados. Fundamentalmente, expuse que en zonas urbanas e hyperurbanas Morena iba a sufrir una derrota, más que cuantitativa, cualitativa. Hoy, distintas voces pretenden hacer ver esta manifestación en las urnas de las clases medias y medias altas, como la gran sorpresa. Nada más alejado de la realidad. Esta reacción era natural, en virtud de que Andrés Manuel López Obrador no considera a este importante segmento como parte de la sociedad mexicana, ni porque tiene ocuparse de ellos. Es más, ni siquiera para sus efectos los considera mexicanos. Anticipamos la derrota de todos y cada uno de los diputados federales y locales, pero no la de sus alcaldes.

Entonces ¿Qué sucedió? ¿Quién y porque intervino en las elecciones en la CDMX?

Es urgente plantearnos distintas cuestiones de suma importancia, porque en los hechos determinan la ruta al 2024, que por mucho es la más importante en el país. El pasado mes de mayo alrededor de una semana después de la tragedia de la Línea 12 del Metro, comenzaron a fluir como ríos desbordados recursos económicos en el poniente de la capital del país, de manera súbita fluyó el dinero para atiborrar, las calles de propaganda, literalmente, compra de operadores electorales, invitaciones a vacaciones todo pagado a operadores de Morena, e incluso compra de voto anticipado de entre 200 y 300 pesos. Grupos de choque llegaron de otras partes de la Ciudad y propaganda negra tirada en casi todas las avenidas del poniente en contra de los candidatos oficiales.

Prevenían un triunfo por una diferencia mínima en las Alcaldías Álvaro Obregón, Magdalena Contreras y Tlalpan (sur), sin embargo en Morena consideraban bastante controlada la elección, con 3 a 5 puntos de distancia.  El caso de Coyoacán y Miguel Hidalgo era más complejo ya que cada uno con sus particularidades representaban problemas distintos.

Sin duda Mario Delgado culpara de la derrota en la CDMX a Claudia Sheinbaum, fiel a su naturaleza se negara a asumir que él personalmente, designó a los candidatos a diputados federales en una reunión con Julio Scherer y Andrés Manuel López Beltrán. Claro que la acumulación de errores también contribuyó, como la desastrosa forma de gobernar desde Polanco de Patricia Ortiz, el robo en despoblado de Layda Sansores en Álvaro Obregón, la absurda y errada gestión de Manuel Negrete, la omisión absoluta de la hija política de Claudia Sheinbaum en Tlalpan, la alcaldía que ella gobernó, la extraña permisividad para que Adrián Rubalcava continúe coludido con los malos en la ciudad, el transigir en la reelección de algunos impresentables, la cerrazón y el desconocimiento de Claudia Sheinbaum de la Ciudad,  la arrogancia y soberbia de Héctor Ulises García Nieto y la pésima organización de Morena, fueron determinantes.

Además, en esa zona se metió el poder para que Claudia Sheinbaum perdiera, y que específicamente Bejarano saliera derrotado, humillado y se convirtiera en escándalo nacional.

El Presidente de la República reiteradamente ha afirmado que en Palacio Nacional (antes en los Pinos) se está enterado de todo, que nada sucede en este país sin que el titular del Ejecutivo lo sepa.  Asegura que cualquier tipo de asunto si no se resuelve o se ataja, es porque desde el mismo poder no se quiere atender.

El Presidente López Obrador lo vio venir, y lo dejó correr. Claro que no le teme a la oposición porque de lo contrario, jamás lo hubiera permitido.

Sin embargo ¿Por qué no lo atendió? ¿Por qué? ¿Qué es lo que plantea en realidad?

Es pregunta.

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José Cárdenas