El Consejo Nacional de la Fresa (Conafresa) urgió a las autoridades reanudar las inspecciones de origen a las plantas madre de fresa importadas desde Estados Unidos.
Aseguran que éstas ingresan en mal estado, lo cual afecta la producción y propagan plagas. Desde 2012, por presiones de los proveedores estadounidenses con argumentos de retrasos en la comercialización, se canceló la norma fitosanitaria que obligaba la inspección en origen antes del ingreso de la planta al País.
La revisión la hacía un comisionado de Sanidad Vegetal que recolectaba muestras, hacía los estudios pertinentes y autorizaba o denegaba su paso.
Las plantas madres de fresa tienen características deseables como alta productividad, mayor calidad, tolerancia a insectos, resistencia a enfermedades, tolerancia a estrés hídrico, entre otras, a partir de las cuales se aplican métodos de multiplicación que no requieren de semillas para obtener una nueva planta, sino que se separa una parte de su tejido.
“El problema actual más fuerte es la falta de inspección del material vegetativo que entra en el País, en nuestro caso, la planta madre de fresa.
“Al eliminar esa norma nos quedamos sin defensas, ahora con la planta estamos comprando enfermedades peligrosas, plagas peligrosas que sólo han servido para mermar la producción, en especial de fresa, en nuestro País y traen muchos problemas fitosanitarios”, expuso Octaviano Magaña, presidente del Consejo.
En lugar de la NOM007 se instalaron módulos de inspección en las fronteras que no tienen personal capacitado ni laboratorios especializados, dijo.
Por lo tanto, afirmó, desde 2016, los productores de Estados Unidos dejaron de darle un trato correcto a las plantas de fresa con cuidados y productos de calidad, lo cual se reflejó en problemas de plagas o en la muerte de las plantas al poco tiempo de ser trasplantadas.
Esto ha representado una pérdida para el sector de 3 mil 700 hectáreas de cultivo y de una derrama económica de mil 600 millones de pesos, así como de jornales y empleos directos, además, los productores deciden dedicarse a otros cultivos al dejar de serles rentable la fresa.
La Conafresa está en inicios de acercamientos con la autoridades, tanto a nivel estatal como federal, en busca de apoyo, pues los agricultores mexicanos no tienen ninguna garantía de los distribuidores y nadie les responde por los problemas que enfrentan.
“Este año no tenemos fresa; con el cambio de clima hay más calor y tenemos más plantas malas que no se adaptan al clima y vienen con enfermedades. El 30 por ciento de las plantas vienen bien, el resto están mal.
“No tenemos derecho a inspeccionar y conocer qué vamos a importar. Cada año baja la producción de fresa y hay riesgo de que el cultivo desaparezca”, alertó Magaña. (RENATA TARRAGONA. REFORMA.)