El acuerdo de fusión anunciado el viernes entre Kansas City Southern (KCS) y Canadian National Railway (CN) representa un “gran avance” para crear la principal red ferroviaria de América del Norte con más de 42,000 km de longitud, en donde México es un jugador estratégico, y, de manera paralela, comienza a generar presión entre las empresas de la región para mantenerse competitivas.
Se prevé que, en la segunda mitad del 2022, tras la aprobación de autoridades regulatorias, se pueda concretar la fusión y a partir de ahí se generen los beneficios esperados por las firmas norteamericanas.
Con el avance en la operación de venta de la estadunidense a CN por 33,600 millones de dólares, KCS tuvo que dar por terminado el acuerdo que tenía con Canadian Pacific Railway (CP), quien presentó antes una oferta por un monto el 34% menor. Concluir ese acuerdo implicó una penalidad de 700 millones de dólares que serán absorbidos por CN.
El catedrático del TEC de Monterrey en Logística y Transporte, Sergio García, consideró que el anuncio llegó en un buen momento porque el comercio internacional está en pleno proceso de recuperación tras la pandemia de Covid-19, aunque eso ocasionará que el resto de los jugadores comiencen a ver opciones de consolidación para hacer frente al “nuevo tren”, que tendrá operaciones en Canadá, Estados Unidos y México.
“Creo que en este momento el Canadian Pacific está buscando otra alianza con otro operador de EU (le queda Union Pacific), probablemente veamos en los próximos meses el anuncio de otra fusión inesperada porque las condiciones así lo van a requerir. No es lo mismo competir con una empresa que con una gran empresa con presencia en tres países”, explicó.
En parte de México, la empresa que está en condiciones de agregar valor a la eventual fusión es Ferromex.
¿Con la operación de la filial KCSM, México obtiene beneficios? Sí, por supuesto, porque motivará que los tráficos sean más ágiles. Por ejemplo, tenemos un surtido importante de trigo de EU y Canadá, entonces el ferrocarril pasa por los dos mercados en un solo ferrocarril y llegará a México sin necesidad de transferencias de cargas. Se va a facilitar el traslado de carga de diferentes sectores en los cruces aduanales.
Desde el punto de vista de Sergio García, que en algún momento laboró en empresas ferroviarias, los cambios que se busca hacer en la Ley Reglamentaria del Servicio Ferroviario, entre ella cambiar plazos de concesión (ya se aprobaron algunos en el Senado de la República), no generan un efecto negativo en el corto plazo a la fusión, porque aún faltan unos cinco años para que termine la exclusividad de operación que tiene KCSM y 20 años más de concesión.
“Eventualmente podrán entrar nuevos competidores a la vía de KCSM, pero de concretarse la fusión serán tan eficientes que será complicado haya demasiado interés”, explicó el experto.
En comunicaciones oficiales, las ferroviarias manifestaron su beneplácito por el acuerdo de fusión con el que crearán “el ferrocarril del siglo XXI”, y expresaron que tienen la certeza de que recibirán las diversas aprobaciones regulatorias.
“CN y KCS confían en su capacidad para obtener todas las aprobaciones regulatorias necesarias, incluso de la Junta de Transporte de Superficie (STB, por sus siglas en inglés), de Estados Unidos, y la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) y el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) en México”, se detalló.
En el caso de la STB, debe aprobar la nueva versión del fideicomiso de votación simple que planteó la semana pasada CN, el cual incluye un detallado cronograma de procedimientos.
Previamente el órgano regulador estadounidense rechazó la propuesta recibida para aprobar un acuerdo de fideicomiso de voto propuesto por considerarlo incompleto, sin que ello limitara hacer nueva propuesta.
Fuente: El Economista