“Los atrevidos experimentos de Paul en el diseño de productos, la distribución y el marketing, junto con su habilidad para los números y la eficiencia, convirtieron un negocio familiar de calzado en una marca mundialmente reconocida”, escribió Vans en sus redes sociales.
Recientemente, Paul publicó su libro Authentic: A Memoir by the Founder of Vans. En él se cuenta como los hermanos Paul y Jim van Doren, junto con sus socios Gordon Lee y Serge Delia, abrieron la compañía de calzado el 16 de marzo de 1966 en Anaheim, California. La Van Doren Rubber Company fabricaba los zapatos en las mismas instalaciones, vendiendolos directamente al público.
En la década de los 70 se popularizaron entre los skateboarders, gracias no solo a su imagen de libertad, sino a su suela pegajosa, que prevenía contra los resbalones. Para 1984, la empresa se declaró en quiebra, aun cuando los tenis se vendían. Tuvieron que recurrir a las ayudas estatales para sobrevivir. Para 1987 lograron salir adelante.
Con el paso de las décadas, Vans no solo vendió zapatillas e indumentarias, sino que apoyó eventos musicales en vivo, competencias de skateboarding, colaboraciones con grandes modistas como Karl Lagerfeld y Marc Jacobs, y más.
Para la década de los 90 volvió a estar de moda y la compañía fue rebautizada como Vans Inc., salió a bolsa en 1991 y en 2004 fue vendida a VF Corp. en la actualidad es una de las tiendas de tenis más grandes del mundo y no cabe duda que Paul Van Doren dejó un legado en el mundo de la moda callejera.
Fuente: El Heraldo de México