Llegamos a la elección intermedia del 6 de junio con la premisa por parte de los dos bandos en contienda de que no hay 2024 sin 2021. Es decir, que la candidatura presidencial del 2024 pasa por los resultados del 2021.
Distintos ex candidatos y políticos se han referido a los partidos políticos como «vehículos». Algunos coloquialmente los llaman Ferrari, y hasta «Vocho». Utilizando esta referencia, podríamos decir que Morena «salió de la agencia» en 2018 como un lujoso Porsche, a simple vista su carrocería parecía impecable, sin embargo le entregaron las llaves a un conductor ebrio, quien engolosinado y sin ninguna precaución se dirigió al periférico, a toda velocidad, y en sentido contrario. De pronto, por la radio del «vehículo» escucha un llamado alertando a los automovilistas, pues un loco iba por la vía rápida conduciendo en sentido contrario. El conductor del Porsche al escuchar esto, solo atina a exclamar, «¡No es uno el que va en sentido contrario, son un montón!». De esta manera podemos ejemplificar como Mario Delgado ha convertido al «Porsche» que parecía ser Morena, en un chocado y destartalado «Vocho».
Con este diagnóstico, Marcelo Ebrard se encuentra absolutamente frío. Su responsabilidad en la tragedia de la Línea 12 del Metro es imperdonable, y prácticamente lo deja fuera de toda posibilidad. Mas aún, cuándo el Presidente de la República le encargó los destinos del partido en el poder y envío a Mario Delgado, su «mejor carta», quien simple y sencillamente ha dejado inutilizable materialmente a ese partido, y con el consecuente derrumbe de su dirigente.
Claudia Sheinbaum se encuentra en un riesgo total. Hoy, es casi imposible determinar un triunfo o derrota para Morena en Magdalena Contreras, Coyoacán, Tláhuac y Miguel Hidalgo. Al parecer todo dependerá del porcentaje de votación que resulte en la elección. Si acude a votar más del 41-42% de la población, perderá las alcaldías que están en riesgo; si la votación es menor al 40%, la operación el día de la elección le podría salvar la fiesta. Todo apunta a que pierde Cuajimalpa y Benito Juárez, además de los distritos federales 2, 6, 10, 15, 17, y en riesgo el 9, 16, 23 y 24. La misma situación es para los distritos locales correspondientes. Con otro agravante, Ricardo Monreal esta operando en contra de Dolores Padierna en la Cuauhtémoc lo que coloca a esa alcaldía en foco rojo, y en duda dos distritos federales más. Morena esta absolutamente roto, con varios bandos disputando al mejor estilo de las tribus del PRD y con nula institucionalidad. Es evidente que ese partido político empieza a dejar de ser opción para la jefa de gobierno. Porque como en la fábula del escorpión y la rana, están intentando picarla.
Hasta la semana pasada, a partir de un urgente llamado de atención desde la Presidencia de la República ante el inminente riesgo de perder distritos federales importantes, se dieron cuenta de la dimensión de la profunda ambición y equivocación de Mario Delgado al imponer su voluntad e interés en las candidaturas. Sin embargo, ya no hay marcha atrás, por lo que se tomó la decisión de recuperar lo que se pueda, trasladándole el costo a Marcelo Ebrard.
Por su parte Ricardo Monreal semi sonriente, ya que se está presentando en la CDMX la crisis que tanto ansiaba, sin embargo viviendo la propia al interior de la República. Sus apuestas en su natal Zacatecas, San Luis Potosí, Tlaxcala y otras entidades, francamente en riesgo.
Como se ve la Jefa de Gobierno reduce su margen de gobernabilidad, complementado con un tema delicado que por más que lo pretenden ocultar ya es evidente. Esta iniciando una curva descendente de credibilidad y confianza
Esto le presenta un escenario todavía más complejo. Por lo que dejar a Morena y comenzar a construir un vehículo nuevo. Con otros actores, que le aporten, le sumen, sobretodo, que no le estorben. Se ve difícil
Y no es pregunta.