China permitirá a sus ciudadanos tener un tercer hijo y les ofrecerá ayudas para fomentar la natalidad en un intento por revertir la creciente crisis demográfica que atraviesa el país, que en 2020 volvió a registrar descensos en su cifra de nacimientos por cuarto año consecutivo.
El Politburó del Comité Central del Partido Comunista chino (PCCh), uno de sus máximos órganos rectores, reconoció hoy lunes tras una reunión a puerta cerrada que es necesario dar «pasos decisivos» que respondan «al problema del envejecimiento» y hagan mejorar «la estructura poblacional» del gigante asiático.
Según el censo presentado el pasado día 11 de este mes y elaborado cada diez años, China cuenta ahora con casi 1,412 millones de habitantes, aunque el envejecimiento y la baja natalidad han hecho saltar las alarmas en Pekín.
En 2020, la cifra de nacimientos cayó por cuarto año consecutivo, con 12 millones frente a los 14.65 de 2019, mientras que la tasa de fertilidad quedó en 1.3 hijos por mujer, por debajo del 2.1 estimado por Naciones Unidas para mantener una población estable. Al margen de permitir un tercer hijo, las autoridades chinas -señala hoy el comunicado- contribuirán a «reducir el gasto de las familias en educación» o a «mejorar las bajas por maternidad».
«Se requieren esfuerzos para mejorar los servicios de atención prenatal y posnatal, desarrollar un sistema universal de servicios de cuidado infantil o promover la igualdad en la educación», dice el texto, aunque no especifica las medidas que se tomarán.
Asimismo, las autoridades explorarán otras soluciones al problema del envejecimiento como el retraso de la edad de jubilación y la puesta en marcha de una serie de garantías para los jubilados.
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