Persspicax
Si bien es cierto que la tecnología y técnicas de comunicación modernas han abierto un si fin de posibilidades, también lo es que en cuanto a difusión de eventos deportivos en canales especializados y de paga estamos llegando a un punto de saturación especialmente en la cobertura del balompié.
Y díganme si no es así, cuando al encender sus aparatos receptores y descodificadores se encuentran emisiones de una enorme cantidad de ligas de futbol en el mundo. Claro las de nuestro propio país con la Liga MX y todas sus derivaciones. La que antes llamábamos primera nacional y ahora la llamada liga de expansión. Por cierto, sin ascenso ni descenso y todo lo que ello conlleva de arreglos y truculencias de los directivos de la Federación Mexicana de la especialidad. Además ahora la liga femenil.
Partidos desde España con La Liga, desde Inglaterra con la Premier League. Escocia y sus encuentros, Francia, Italia, Alemania, Portugal, Bélgica y por supuesto Holanda. Si de algo sirven todas esas transmisiones es para darse cuenta que nuestro fútbol es miserablemente pobre en nivel y espectáculo.
Debemos agregar la Champions League y la Europa League, evidentemente con un gran calidad y un atractivo muy especial sin duda alguna. Pero sucede que después de ver un partido de gran nivel los programadores presentan los juegos de la Concachampions. La comparación no puede existir. Del champaña al tepache. No más, no menos.
A eso agreguen ustedes los partidos de preparación de las diversas selecciones nacionales, de aquí, allá y de todas partes. Más los resúmenes y repeticiones de todos los goles veinte mil veces y los alaridos de comentaristas que piensan que la emoción está en el nivel de sus gritos y no en las acciones que se viven en las canchas.
Y lo que resulta el colmo es que un mismo partido sea transmitido tres empresas distintas a la misma hora. Desperdicio de tiempo y recursos. Aunque en muchos de los casos la comercialización la llevan los que han sido dueños del balón desde hace décadas.
Es tal la falta de imaginación que pareciera que estamos viendo televisión y coberturas de los años 70’s u 80´s.
Qué será mucho pedir a los productores y narradores más imaginación. El futbol acabará como la gallina de los huevos de oro. La van a degollar saturando a los televidentes y ofreciendo transmisiones y narraciones de bajísimo nivel… Ya verán. El tiempo nos dará la razón.
@poldelar