La apertura del país a la importación de papa fresca desde Estados Unidos puede dejar a más de ocho mil 500 pequeños productores sin tierra para sembrar el producto, pues las autoridades agropecuarias señalan que el tubérculo proveniente de ese país puede contener plagas que dejan inservible el suelo.
Este miércoles, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) se pronunciará sobre un amparo interpuesto por productores nacionales de papa que impide la entrada de producto procedente del vecino país del norte, una discusión que lleva más de seis años.
Gerardo García Menaut, presidente de la Confederación Nacional de Productores de Papa (Conpapa), aseveró que un fallo a favor de la libre importación de este producto podría ser catastrófico para el país en materia fitosanitaria y económica y representar un daño al sector por ocho mil 400 millones de pesos en los próximos dos años, lo que equivale a 60 por ciento del valor de la producción nacional.
De acuerdo con el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), en Estados Unidos hay registradas 43 de las 83 plagas cuarentenarias que hay a nivel global que afectan no sólo a los cultivos de papa, sino también a los de jitomate y chile, entre otros.
“Al afectar fitosanitariamente también hay afectaciones económicas, ya que cuando contaminan el suelo con una plaga ya no puedes sembrar más, esto pone en riesgo a regiones como el sur de Veracruz, Oaxaca, Puebla, Estado de México, Tlaxcala y Michoacán, que son zonas de temporal”, refirió García a El Sol de México.
El directivo apuntó que de abrir el país a estas importaciones, el contagio y evolución de las plagas en suelo nacional tomaría unos dos años, afectando a más de la mitad de la producción.
Datos del Atlas Agroalimentario de la Secretaría de Agricultura señalan que 22 estados del país son productores de papa. Sonora, Sinaloa y Puebla concentraron 57 por ciento de la producción nacional en 2019.
La Conpapa tiene registrados a ocho mil 700 productores de este tubérculo en el país, la gran mayoría, ocho mil 500, pequeños productores que siembran menos de cuatro hectáreas.
Estos pequeños agricultores, que aportan 65 por ciento de la producción nacional, resultarían los más afectados si se revierte el amparo que impide la importación de papa desde Estados Unidos, dijo García, ya que les resultaría más difícil detener la expansión de plagas.
El origen de esta discusión se remonta al sexenio de Felipe Calderón, cuando México firmó un convenio con Estados Unidos para el comercio de papa fresca. De acuerdo con el presidente de la Conpapa este arreglo fue a cambio de un asiento para México en el Tratado Transpacífico de Cooperación Económica (TTP).
Tras años de alegatos, productores nacionales consiguieron un amparo para detener la entrada de papa estadounidense al país.
Héctor Lozoya, académico de la Universidad Chapingo y quien ha participado en el Consejo Nacional Consultivo Fitosanitario, comentó a este diario que México había evitado la entrada de papa del país vecino del norte por los problemas de enfermedades que pueden afectar al suelo mexicanos y dejarlo inservible para la siempre de varios productos.
Incluso recordó que el comercio de papa fresca a nivel global es mínimo debido a la facilidad de la papa.
Datos recabados por Conapapa indican que de las 385 millones de toneladas de papa fresca que se producen en el mundo, solo 3.2 por ciento se comercializa internacionalmente.
Lozoya destacó que las exportaciones de papa fresca son muy limitadas y que incluso el propio Estados Unidos no permite la entrada de este tubérculo más que de Canadá.
Tanto el investigador como el presidente de la Conapapa indicaron que la importación de papa fresca no es necesaria porque México tiene autosuficiencia alimentaria de este producto.
Datos oficiales señalan que el consumo per cápita de papa es de 15 kilos y la producción anual en promedio es de 1.7 millones de toneladas, con un valor de 14 mil millones de pesos.
Además, el presidente de la Conpapa indicó que las importaciones de papa de Estados Unidos a la franja fronteriza de México equivalen a 6.9 por ciento de la producción nacional.
A esto, añadió que México importa 240 mil toneladas al año de papas procesadas de Estados Unidos, que son las chips , congeladas o puré, por ejemplo, que se vende en supermercados, tiendas de conveniencia o que son usadas por la industria.
De la producción e importación de papa, dijo, la mayor parte es para consumo y menos de una tercera parte para la industria.
García indicó que pese a la presión que pueda haber por parte de Estados Unidos con la reciente entrada en vigor del T-MEC, confía en que se de una resolución a favor del amparo para proteger la sanidad y la economía del país.
Consultada sobre el tema, la Secretaría de Agricultura no se pronunció porque no ha tenido lugar el fallo de la SCJN. (JUAN LUIS RAMOS. EL SOL DE MÉXICO.)