El asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, advirtió este domingo a Rusia que habrá consecuencias si el opositor ruso Alexéi Nalvani muere, a raíz de las denuncias de que su salud se está deteriorando en prisión.
«Le hemos comunicado al Gobierno ruso que lo que le suceda al Señor Navalny bajo su custodia es su responsabilidad y la comunidad internacional los hará responsables (…) En términos de las medidas específicas que emprenderíamos, estamos viendo una variedad de costos diferentes que impondríamos y no voy a decir eso públicamente en este momento, pero hemos comunicado que habrá consecuencias si el señor Navalny muere», dijo Sullivan en una entrevista con la cadena de televisión CNN,
Sullivan no precisó qué tipo de acción podría adoptar EU y sus aliados si el opositor falleciera y se limitó a decir que están analizando un abanico de opciones.
«No voy a telegrafiar eso públicamente en este momento, pero hemos transmitido (a Moscú) que habrá repercusiones si el señor Navalni muere», indicó.
En ese sentido, se mostró partidario de abordar este tema en privado y a través de canales diplomáticos al mayor nivel con el Ejecutivo ruso.
El asesor de Seguridad Nacional no quiso adentrarse en si una posible cumbre entre el presidente de EU, Joe Biden, y su homólogo de Rusia, Vladimir Putin, podría verse frustrada en caso de que Navalni pereciera.
Únicamente se limitó a decir que hay conversaciones para que esa reunión, propuesta por Biden, tenga lugar «en las circunstancias adecuadas» con vistas a impulsar la relación bilateral.
Diputados de parlamentos regionales rusos publicaron este domingo una carta abierta a Putin, en la que piden que se preste de inmediato ayuda médica a Navalni, recluido en una cárcel a 110 kilómetros al este de Moscú.
El opositor aseguró el viernes en Instagram que las autoridades penitenciarias han reconocido el «grave» deterioro de su salud y que amenazan con comenzar a alimentarle de forma forzada si no cesa su huelga de hambre.
Navalni, de 44 años, ha perdido 16 kilos desde que ingresara en prisión en febrero y 9 desde que iniciara una huelga de hambre el 31 de marzo pasado, en protesta por la negativa de los servicios penitenciarios a ser examinado por un médico de confianza.
Actualmente, Navalny se enfrenta a un riesgo creciente de insuficiencia renal, su visión se está deteriorando y su nivel de potasio es elevado.
Según pruebas de laboratorio que logró hacerle el sindicato Doctors Alliance, su situación es “crítica”, porque los exámenes indicaron que sus riñones pronto podrían fallar, lo que le ocasionaría un paro cardíaco.
Por su parte, las autoridades rusas afirman que su estado de salud es “satisfactorio” y que ejemplo de ello es que no ha contraído Covid-19.
Biden calificó este sábado de «totalmente injusta» la situación de Navalni, en declaraciones a los periodistas a su salida de un club de golf en Wilmington (Delaware).