La fecha que marcó el Día Internacional de la Madre Tierra como una cuestión marginal, ha evolucionado hasta convertirse en una preocupación general que ocupa la agenda política y social.
Cada mes de abril, millones de personas celebran el Día de la Tierra para mostrar su apoyo al cuidado del medio ambiente y su biodiversidad. Pero, ¿sabemos cuál es el verdadero origen, significado o el por qué se celebra tal día como hoy?
Sus inicios se remontan a la década de los 60, cuando el senador estadounidense Gaylor Nelson impulsó numerosas campañas a favor del medio ambiente y la naturaleza, para concienciar a la población acerca de problemas como la contaminación o la conservación de la biodiversidad. «Fue algo frenético. Nos llegaban telegramas, cartas y consultas telefónicas desde todas partes», escribió Nelson.
Esto, promovió que el gobierno de Estados Unidos crease la Agencia de Protección Ambiental e implantase en el marco legal, una serie de leyes destinada a la protección del medio ambiente, aunque no fue hasta 2009 cuando la Organización de las Naciones Unidas (ONU) decretó oficialmente su conmemoración anual.
El Día Mundial de la Tierra pone este año el foco a la crisis medioambiental y climática, que aún conscientes de que la tardía actuación evitará poder revertir los efectos, sigue en auge.
El cambio climático sigue causando estragos en el planeta. Tanto es así, que muchos científicos lo señalan como una de las principales causas de la COVID-19. La ONU, advierte de hecho, que podría provocar la llegada de una ‘era de pandemias’: «Las mismas actividades humanas que impulsan el cambio climático y la pérdida de biodiversidad también generan riesgos de pandemia a través de sus impactos en nuestro medio ambiente», ha explicado el doctor Peter Daszak, presidente de EcoHealth Alliance durante un taller organizado por la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES).
Pese a las alertas y llamadas urgentes a la acción de los científicos, se sigue llevando al límite la contaminación de espacios naturales provocando así el aumento de la temperatura global, la subida del nivel del mar, el cambio en las migraciones de especies o la desaparición de cultivos.
Nuestro compromiso político de ser el primer continente climáticamente neutro en 2050 es ahora también un compromiso jurídico.»
En un intento por revocar la situación, la Unión Europea ha alcanzado recientemente un acuerdo para la nueva Ley del Clima, según la cual los 27 países miembros se comprometen a reducir las emisiones de gases efecto invernadero un 55% de cara a 2030. El objetivo es convertirse en el primer continente con emisiones neutras en el año 2050.
«Con la Ley del Clima, la Unión Europea traza su trayectoria ecológica para toda una generación. Es un compromiso vinculante que asumimos para con nuestros hijos y nietos, ha señalado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von Der Leyen».
Fuente: Staff