De los 12 millones de mexicanos que fueron expulsados del mercado laboral, en los meses de abril y mayo del 2020, se han reincorporado alrededor de 10 millones, lo que implica que el 83% de la fuerza de trabajo potencial ya está nuevamente dentro de la población económicamente activa, de acuerdo con cifras de la ENOE (Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo) del Inegi.
Aunque se observaron bajas en el desempleo y precarización en los empleos, el indicador que se vio más afectado con las restricciones económicas fue la PEA (población económicamente activa) que se recortó de manera inédita. Esta situación se explica porque muchos de los trabajadores del país no fueron perdieron sus empleos definitivamente, estaban en paro temporal, por lo que tampoco se encontraban en una búsqueda activa de trabajo.
En línea con la reactivación económica se ha observado ya una recuperación de este grupo de la población, adicionalmente ya se estabilizó también el nivel de desempleo. Al corte de febrero del 2021 la tasa de desocupación nacional se ubicó en 4.4%, un nivel superior al que se registraba el mismo mes del año pasado antes de la Covid-19 (3.7%), pero también un nivel significativamente más optimista que en los peores meses de pandemia (5.3 por ciento).
Durante los primeros meses del 2021 se ha observado una tendencia constante de la reactivación del mercado laboral, en contraste los indicadores sobre las condiciones de ocupación y empleo muestran retrocesos importates en relación con los registros prepandémicos.
La tasa de subocupación continúa en niveles significativamente altos, este indicador engloba a toda la población que aunque sí tiene un empleo está en busca de otro adicional por cuestiones de tiempo o ingresos. Durante febrero del 2021 se encontró en esta situación el 13.9% del total de los ocupados; el año pasado era de 8.7 por ciento.
En el desglose por tipo de ocupación se observa una importante pérdida en el total de emprendedores que daban trabajo a terceros, especialmente para el género femenino. En relación con febrero del año pasado, actualmente hay 32,672 empleadores hombres y 86,689 mujeres menos.
Por su parte, 3 de cada 10 trabajadores en el país se encuentran en condiciones críticas de ocupación y más de la mitad trabaja de manera informal. Estos factores son índices importantes de vulnerabilidad en términos de protección laboral.
Adicionalmente, si se considera la tasa de presión general el desempleo escala al doble, de 4.4 a 8 por ciento. Esta tasa contempla a todos los efectivamente desocupados y a los que sí tienen un empleo pero buscan otro para cambiarlo. Esta situación podría indicar que además de los desempleados, gran parte de la fuerza laboral no está cómoda con sus condiciones laborales, el giro de la ocupación o las remuneraciones.
Fuente: Forbes