El peor enemigo de la democracia mexicana se llama el cacicazgo político familiar. Pero todavía más ofensivo es que este cacicazgo sea a-político. Sí, lo que más se ha criticado en nuestro país es que los hijos de los políticos figuren sólo por ser eso, hijos. ¿Cuántos gobernadores, diputados, senadores, presidentes municipales hemos visto (y padecido), sin mayor mérito que los distinga que la cuota del padre o la madre para ocupar cargos?
Aunque criticado el exceso, anteriormente éste tenía límites. Simulaban, maquillaban o por lo menos dejaban pasar unos años, para no ocupar cargos al mismo tiempo que el padre o madre.
Sin embargo hoy, estamos frente a el exceso de excesos. Lo que acabamos de observar en las listas de diputados plurinominales de todos los partidos políticos, particularmente en Morena es que el Presidencialismo ahora alcanza hasta para que los hijos del Presidente de la República, especialmente Andrés López Beltrán, sea el gran elector, decisor y el único que tiene pluma para designar los cargos.
La actual corte del Presidente Andrés Manuel López Obrador (no hay otra manera de describirla) trata de quedar bien con él favoreciendo las decisiones de sus familiares directos (esposa e hijos), y evitando el principio político más importante que en el mundo y la historia ha privilegiado la democracia: la pluralidad. Pero hoy en día la no teoría que funcionó es la del ganador que se lleva todo para sus amigos e incondicionales, de ninguna manera para darle estabilidad, calma, ruta y destino a nuestro país. Eso quedó en el pasado, para lo que en EEUU le denominan «the winner takes all», que allá significa la potestad de decidir, más no el exceso. Aquí, el exceso es la regla. Andy Jr. decidió llevarse todas las candidaturas para repartirlas entre sus amigos, reduciendo todavía más el margen de maniobra de su papá.
Con un par de detalles que es importante mencionar:
La revolución francesa inició justo a causa de estas conductas. El alejamiento del pueblo sujeta a caprichos, y no a una actitud razonable; y los excesos en todos sentidos que dañaron a la población. Hambre, sufrimiento y desgaste hasta el grado de muerte.
Andy y AMLO decidieron tomar esa ruta. Con esto, se demuestra quienes fueron los favorecidos demeritando el esfuerzo y la iniciativa personal en beneficio de la pereza o la falta de talento para ejercer una responsabilidad pública. Porque ejemplos nos sobran, y para muestra tenemos a el estriper Sergio Mayer, a la tiktokera Ney Salvatori, y ahora la incorporación del junior de Juniors Miguel Torruco Garza.
Mientras tanto la población continúa adormecida por las dádivas, mentiras y simulaciones, sin alcanzar a dimensionar lo que va a padecer los próximos 6 o 12 años, porque la clase media, motor de la actividad productiva y económica del país ha sufrido las negligencias de este gobierno de transformación de cuarta en el ejercicio de poder. La zanahoria, han sido las dádivas, el costo, se pagará poco a poco en goteo chino, que implica un sufrimiento lento pero duradero.
Han llegado al extremo de utilizar a hombres ilustres como Juárez, Madero y otros, con principios verdaderamente sólidos, se han querido apropiar de ellos y de la historia creando ficciones ideológicas para hacerse parecer como creadores e impulsores de una nueva sociedad, vaya farsantes, lo único que realmente han provocado es el demérito del trabajo y esfuerzo personal y colectivo.
El país está esclavizado, destruido socialmente e intoxicado discursivamente.
Necesitamos recordar otra vez a Robespierre, porque de lo contrario tal parece que no entendemos.