Piso parejo en la aplicación del Estado de Derecho para combatir el contrabando de textiles y productos confeccionados, y la inmediata liberación de permisos para sembrar algodón biotecnológico en el campo mexicano, urgieron al gobierno federal líderes de los sectores algodonero y textil nacional, pues advirtieron que la falta de certeza jurídica en esos rubros ha provocado perder competitividad frente a productos chinos y de otros países; desempleo y la caída de hasta 35% en la producción de algodón.
Relbo Raúl Treviño Cisneros, presidente del Comité Nacional Sistema Producto Algodón; Manuel Espinosa Maurer, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Textil (CANAINTEX), y Cristian García de Paz, Director Ejecutivo de la organización Protección de Cultivos, Ciencia y Tecnología (PROCCYT), lanzaron un llamado al gobierno de México para lograr la autosuficiencia del cultivo de algodón, y apoyar el Programa “Del Campo al Aparador” diseñado para alcanzar el potencial productivo y detonar un círculo virtuoso empleo-bienestar en el país.
Precisaron que la mayor ventaja de esa iniciativa es que no requiere subsidios: “Es un programa sin costo para el gobierno”. Lo que necesitamos, indicaron, es la toma de decisiones por parte de las autoridades para que en 2024 los productores mexicanos puedan lograr una producción adicional de 500 mil pacas de algodón (un aumento de 30% en comparación con las actuales); sembrar en 50 mil hectáreas más, y un crecimiento de 27% del PIB en el sector.
En tanto, a la industria textil se le brindaría la oportunidad de crear 150 mil empleos; aumentar 11% el crecimiento del PIB, incrementar las exportaciones principalmente a Estados Unidos, y proveer al gobierno de 23 mil millones de pesos adicionales en recaudación de impuestos, como resultado del combate a la corrupción.
Durante el Seminario El algodón en México: un recuento desde el ambiente, la agricultura, la industria, la economía y la cultura, organizado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), los representantes de la cadena de valor “Del Campo al Aparador” resaltaron la importancia del sector como motor de la economía nacional, pues en conjunto brinda al país un valor de producción que asciende a 79 mil millones de pesos; emplea a 1.4 millones personas, y genera impuestos por 40 mil 650 millones de pesos anuales.
Sin embargo, dejaron claro que la cadena enfrenta importantes riesgos de no asumirse las decisiones gubernamentales oportunas y correctas.
El presidente del Comité Nacional Sistema Producto Algodón, Relbo Raúl Treviño Cisneros, expuso que como resultado de la falta de semillas a elección de los productores, en 2020 la producción de algodón se desplomó entre 30 y 35 por ciento en el país, lo que generó desempleo al reducirse la cantidad de hectáreas sembradas. Lamentó que en 2019 el gobierno mexicano haya prohibido el uso de semillas de algodón genéticamente modificadas, aun cuando su siembra había permitido detonar la producción de la fibra, y a pesar de que esa semilla es más amigable con el medio ambiente porque requiere mucho menos aplicaciones de pesticidas.
El especialista afirmó que los productores tienen plena conciencia de que la fuerza impulsora que los llevará a cumplir sus metas “recae en el gobierno”, y al respecto, recordó: “Tenemos ya mucho tiempo que no hemos recibido respuesta a nuestras solicitudes. Dependemos totalmente de las decisiones que se vayan tomando desde las instancias implicadas”.
Estableció que lo que está en juego es la competitividad de los productores mexicanos frente a los de otras naciones como Estados Unidos, donde el cultivo del algodón biotecnológico es visto como lo que es: una herramienta que ayuda a hacer más con menos.
En ello coincidió Cristian García de Paz, Director Ejecutivo de PROCCYT, quien apuntó que los productores mexicanos prácticamente abandonaron el uso de la semilla convencional debido a la insostenibilidad de producir algodón, frente a los ataques de plagas y malezas. Por ello –refirió- adoptaron la biotecnología, y desde 2016 duplicaron la producción de algodón por hectárea.
Al hablar de los beneficios al medio ambiente que genera el uso de semillas genéticamente modificadas, el directivo citó que desde 1997 en que surgió la primera generación de esas semillas, se dejaron de aplicar 667 toneladas de ingrediente activo de insecticidas; se simplificó el control de malezas, y se redujo el uso de combustibles fósiles hasta en 47 litros por hectárea.
Informó que actualmente los productores están en espera de la dictaminación de solicitudes de la tercera generación de semillas con nueva tecnología que ofrecen resistencia a insectos y tolerancia a herbicidas foliares y de pre-emergencia, y reveló que en fase de desarrollo se encuentran características novedosas como la tolerancia a la sequía, lo que permitirá un cultivo más sustentable en el manejo de control del agua.
A su vez Manuel Espinosa Maurer, Presidente de la Cámara Nacional de la Industria Textil (CANAINTEX), expresó que para ser competitivos mundialmente, se requiere fibra de algodón de la más alta calidad en el sector textil y la fabricación de productos confeccionados, por lo que la falta de permisos para sembrar algodón que cuenta con nuevas tecnologías, “nos pone en grave desventaja, para empezar, frente a nuestro principal socio comercial, Estados Unidos”.
Por ello se pronunció por articular con mayor fuerza toda la cadena de valor y lograr una industria mexicana competitiva a nivel mundial, que representa uno de los objetivos estratégicos del programa “Del Campo al Aparador”, en el cual se requiere la participación del gobierno federal para la toma de decisiones en aras de combatir la corrupción en la importación de mercancías textiles y de confección por debajo del valor de materia prima.
Y puntualizó: “Tenemos una oportunidad de oro de ser un jugador importantísimo global en la industria textil. Lo que necesitamos es que haya buen algodón producido en México; que haya semillas de última generación, y que se potencialicen los polígonos que existen. De esa forma tenemos muchas posibilidades de éxito, y de ser un jugador global y competir con Asia, en especial con China y muchos otros países”