Una ciudad con severos problemas de contaminación, Beijing tuvo que cancelar operaciones en el aeropuerto e invitar a los ciudadanos a quedarse en casa debido a que este fenómeno de la naturaleza puede causar severos daños a las vías respiratorias, sin embargo, millones de personas desafiaron las restricciones en automóviles, bicicletas o a pie portando cubrebocas. Con 21.7 millones de habitantes y una calidad de aire que siempre está en niveles reprobables, esta tormenta de arena (la peor en una década de acuerdo a medios locales) disparó las alertas a «niveles peligrosos» para las vías respiratorias.
Estos fenómenos están compuestos por partículas de arena procedentes de zonas áridas o desérticas que se quedan en la superficie. Cuando aumenta la velocidad e intensidad del viento, estas partículas son impulsadas hacia arriba, pudiendo recorrer largas distancias en horizontal. En este caso, la tormenta de arena se originó en Mongolia, donde seis personas murieron y 81 están desaparecidas, según el medio estatal chino The Paper. Y para el lunes ya había llegado a Pekín. El Índice Mundial de la Calidad del Aire mide la concentración de diferentes contaminantes en el aire, el más importante es el PM 2,5 . Este material particulado microscópico dañino tiene un diámetro inferior a 2,5 micrómetros y se considera particularmente peligroso, ya que puede alojarse profundamente en los pulmones y pasar a otros órganos y al torrente sanguíneo. Beijing tuvo un nivel máximo de 655 microgramos por metro cúbico. La Organización Mundial de la Salud considera que cualquier cosa por encima de 25 no es segura.