Al menos 14 personas resultaron heridas en la isla Sulawesi, en Indonesia, después de que dos agresores suicidas se inmolaran ante una abarrotada catedral católica donde acababa de terminar una misa del Domingo de Ramos, según informaron las autoridades policiales.
Un video tomado con un celular al que tuvo acceso The Associated Press mostraba restos humanos dispersos cerca de una motocicleta en llamas ante la catedral del Sagrado Corazón de Jesús en Makassar, la capital de la provincia de Sulawesi del Sur.
El país estaba en alerta tras la detención en diciembre de Aris Sumarsono, conocido como Zulkarnaen y líder del grupo Jemaah Islamiyah.
Wilhelmus Tulak, un sacerdote católico que dirigía la misa cuando explotó la bomba en torno a las 10:30 horas locales, dijo a la prensa que un fuerte sonido asustó a su congregación, que acababa de terminar el servicio religioso que da inicio a la Semana Santa católica, que culmina con la Pascua.
La explosión se produjo cuando un primer grupo de feligreses salía de la iglesia y otros llegaban para el siguiente servicio, señaló.
Los guardias de seguridad de la iglesia sospechaban de dos motociclistas que querían acceder a la iglesia, señaló. Uno de los hombres detonó sus explosivos cerca de la puerta cuando los guardias le hicieron frente.
Las dos personas murieron en el acto, según dijo más tarde la policía. Las pruebas reunidas en el lugar indicaban que una de ellas era una mujer. Los heridos eran cuatro guardias y varios fieles, añadieron.
La policía realiza las investigaciones para identificar a dos agresores que iban en motocicleta y emplearon potentes explosivos, informó en una conferencia de prensa en la capital, Yakarta, el portavoz de la Policía Nacional, Argo Yuwono.
Las autoridades investigaban si los sospechosos tenían lazos con una filial local con red ilegal Jemah Islamiyah o actuaban de manera independiente.
El cuerpo antiterrorista de Indonesia, conocido como Densus 88, ha detenido en los últimos meses a unos 64 sospechosos en varias provincias, incluidos 19 el mes pasado en Makassar. Las detenciones seguían a un aviso sobre posibles ataques contra la policía y lugares de culto.
El presidente, Joko Widodo, condenó el ataque del domingo y dijo que no tenía nada que ver con ninguna religión, ya que ninguna toleraría esa clase de violencia.
“Pido a la gente que mantenga la calma mientras celebra sus ritos porque el estado garantiza que pueda hacerlo sin miedo”, dijo Widodo en un mensaje televisado.
Ofreció sus oraciones por los heridos y dijo que el gobierno cubriría todos los costes de su tratamiento médico. También dijo haber ordenado al jefe de policía que investigara el ataque y persiguiera a cualquier grupo armado que pudiera estar implicado.
Al terminal la misa del Domingo de Ramos en la Basílica de San Pedro del Vaticano, el papa Francisco, el papa Francisco pidió oraciones por las víctimas de la violencia, y mencionó en particular a los afectados por “el ataque ocurrido esta mañana en Indonesia, ante la catedral de Makassar”.