Amnistía Internacional pidió al gobierno mexicano un pronunciamiento sobre la iniciativa de India y Sudáfrica para liberar las patentes de las vacunas contra Covid-19, así como de los medicamentos que han probado efectividad contra el virus SARS-CoV-2.
Dinorah Arceta, especialista en Incidencia y Análisis de Amnistía Internacional, dijo que esa organización forma parte del colectivo “Vacuna del Pueblo”, que está en favor de la iniciativa de India y Sudáfrica para que la Organización Mundial del Comercio autorice la liberación de la patente de las vacunas Covid y de los tratamientos.
Indicó que los gobiernos de Costa Rica y Argentina en América Latina, y de todos los países de África, apoyan la iniciativa, mientras que los países “bloqueadores” son Brasil, Estados Unidos y prácticamente todos los países de Europa. Indicó que Amnistía Internacional ha entablado diálogo con el gobierno mexicano a través de la Subsecretaría para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la Secretaría de Relaciones Exteriores, quien ha comentado que México no adoptará una postura por el momento y se mantendrá neutral.
Argumentó que los monopolios de propiedad intelectual incentivan a las farmacéuticas a buscar acuerdos comerciales limitados y secretos que excluyen a muchos países de ingresos bajos y medios en la compra y producción de las vacunas contra Covid-19.
“El Estado mexicano se ha mantenido neutral, y para nosotros eso es sentar postura, es decir, no hay un apoyo activo a esta propuesta porque dicen que hay argumentos en favor y en contra. Estamos pidiendo que México active e incluya que esta iniciativa se apruebe en la Organización Mundial del Comercio.
“Los países que están bloqueando la iniciativa da la casualidad que son países productores: Estados Unidos, Austria, Noruega, Suiza, Canadá, Reino Unido y los estados de la Unión Europea. Son los que tienen vacunas con una efectividad muy alta. Es importante apoyar esta iniciativa para acabar con el nacionalismo de vacunas, que es cuando los países compran de manera anticipada millones de vacunas, limitando el potencial suministro a otros.
“Esto está relacionado con el derecho de patente, que es la propiedad intelectual que concede la exclusividad para la fabricación y comercialización hasta por 20 años, es decir, 20 años en que la farmacéutica tendrá la fórmula de las vacunas, generará un monopolio de producir y distribuir, y eso también incluye en los precios, porque si sólo unos cuantos tienen este derecho de exclusividad, esos mismos van a tener una relación de superioridad para fijar los precios.
“Y hay muy poco margen de negociación para los países de renta media y baja, los que pueden pagar la vacuna a un costo muy bajo y no tienen la capacidad de negociación como lo tienen los países de ingresos altos”, comentó.
Dinorah Arceta afirmó que las farmacéuticas están haciendo cabildeo (Lobbying) en contra de la iniciativa de India y Sudáfrica, “porque dicen que las patentes fueron el incentivo para que ellos llegarán de forma histórica a la fase tres de las vacunas”.
Sin embargo, consideró que esto es erróneo, ya varios gobiernos —como el de Estados Unidos— suministraron recursos a Pfizer y Moderna para la investigación, por lo que el registro debería ser para que haya mayor producción y no concentrarla en unas cuantas compañías.
Dijo que las farmacéuticas también alegan que ya existen vías para el acceso universal a las vacunas como la iniciativa de Acceso Mancomunado a Tecnología contra la Covid-19 (C-TAP) y el mecanismo Covax.
“Las farmacéuticas dicen que con eso es suficiente, y no es así, porque el 5 de marzo del 2021 Covax sólo contaba con 20 millones de dosis para 20 países, entonces su primera ronda de asignaciones sólo va a cubrir entre 2 y 3% de la población de los 20 países que están participando; es insuficiente”, comentó.
—¿Hay capacidad por parte de particulares para que se puedan producir más vacunas o sólo las grandes farmacéuticas pueden hacerlo?
—“Ese es otro argumento que usan mucho las farmacéuticas para estar en contra de esta iniciativa de liberación de patentes. (…) Sí es verdad que muchos países no tienen la capacidad para producir las vacunas, pero más países van a ver como incentivo producirlas”, comentó.
—¿El gobierno mexicano se equivocó o hizo bien en adherirse al mecanismo Covax?
—“Estamos en contra del nacionalismo de vacunas, y esto implica propagar los acuerdos bilaterales entre las farmacéuticas y los estados, por tanto, en Amnistía Internacional le apostamos a los mecanismos multilaterales porque están sentados más países, en cambio con los acuerdos bilaterales se afecta el suministro que sólo los que tengan una adquisición más alta, son los que van a tener capacidad para más vacunas. Nosotros vemos bien que le apuesta a Covax, porque son más incluyentes”, finalizó.
Fuente: El Economista