Medio Ambiente

Otro Conjuro para el Alma en tiempos de Pandemia: Rodrigo Navarro

Publicado por
José Cárdenas

Rodrigo Navarro

El tiempo se ha detenido en medio de tanta desolación y muerte. Solo existe el aquí y el ahora. Ante este panorama, me ha sido difícil escribir sobre mi tema, el uso sustentable y conservación de nuestro capital natural. Sobre todo, cuando ha sido la destrucción de hábitats y el tráfico de especies de vida silvestre, la especie humana que se comporta como una plaga, entre muchos factores, lo que nos ha traído hasta aquí.

Queda pendiente un artículo sobre la despedida que ha iniciado Sir David Attemborough y su aguda reflexión sobre el daño que hemos infringido a nuestro entorno natural. Él tiene 94 años y sabe que no le queda mucho tiempo por delante, asi que realiza una especie de testamento en el documental, Una vida en nuestro Planeta, (Netflix noviembre 2020).

Me dice Aliria, no queremos irnos, queremos abrazarnos, enraizarnos. Permanecer en esta vida. Es lo único que tenemos. Me tomo fotos, para ilustrar cómo me pasa el tiempo. Con barquitos de papel en charquitos en el suelo. Simbolizan la nostalgia. El paso de tiempo en el confinamiento. Otra, santas y brujas. Me vuelvo bruja con quien no me quiere. Me imagino como una india siux.

Le platiqué a mi amiga Claudia Méndez sobre mis proyectos pandémicos y me invitó a participar en su propio Proyecto, Rostros de Libertad. Mi cuadro sobre una enfermera salió en la Revista Proceso, ilustrando el reportaje. Los artistas tenemos que decirle al gobierno aquí estamos.

Ahora escribo un libro sobre mi niñez. Vivíamos en un “castillo de la pureza”. Para mi era mágico, era un castillo. Es el Castillo de la Pureza, me dijo un día Susana Cato. Vi la película y lloré. Mi madre era pianista, mi padre ingeniero químico. A mi madre la veía triste, pero a la vez contenta. Bailaba. Pero era una persona muy triste.

Su propia madre muere de cáncer cuando ella tiene seis años. Mi madre nunca quiso el apellido de mi abuelo. Nunca lo necesitó. Mi abuelo era maya y mi abuela italiana, rubia. La cultura puede lastimar y dividir a familias enteras. Es por ello que mi padre

cuidaba tanto y encerraba a su esposa, le daba miedo perderla, que se fuera. Éramos muy pobres, pero no me sentía así. Las sábanas las hacía cosiendo bolsas de manta. Nací en CdMx dos de mis hermanas nacieron en Veracruz. Vivíamos en la Nueva Atzacoalco. Si mi marido me cela y me encierra, me divorcio. Y me divorcié.

Jacobo y yo estuvimos enamorados durante 36 años. Y le dije, pues chíngate. Nos habíamos enamorado años atrás, pero yo estaba casada con un amigo suyo. Me dijo, caso porque tú estás sacando a tus hijos adelante. ¿La quieres? No. Pues chíngate. Se casó sin amor y se arrepintió. Yo tenía que ser madre. Planchaba a hasta las 3 de la mañana. Nunca me voy a arrepentir.

En cinco años nos hablamos tres veces. Salía en el periódico, tenía una exposición y me hablaba. Un día, apareció quiero verte. Habla con tu esposa. No voy a ser amante de nadie. A los 3 meses me dijo, ya me divorcié. ¿Qué hago para estar contigo? Vente a vivir a mi casa porque cuando yo me enoje, te corro.

Estuvo diez años solo. Siempre estuvo presente. No pude ser libre hasta que mis hijos se recibieron. Finalmente me divorcié. Un año noviamos y pudimos casarnos, ocho meses duró mi matrimonio. Murió de cáncer, yo sabía que estaba enfermo.

Me curó durante 40 días, era mi doctor. Me quemé con tinher. Era amigo de un primo de mi esposo. Estuvo en mi boda. Ahí todavía no pintaba. Me preguntó, ¿es usted pintora? No, siempre quise eso, pero no me dan permiso. ¿Cuantos años tiene? Veintinueve. Yo le doy permiso, soy su médico. Desde ese día soñaba con él. Nos enamoramos perdidamente el uno del otro. Se hizo amigo de mi ex. Él quería mucho a Jacobo. Yo lo amaba en secreto. Nunca tuvimos sexo y así fui educada. También a decir las cosas directo.

Aliria Morales es una artísta plástica con un lenguaje sumamente poético y mistico, Dios como un punto desde donde el universo irradia. Su trabajo abarca la escritura con un hermoso lenguaje poético, también murales, textiles, técnica mixta, oleo, empaste. Trabaja con materiales naturales como piedra, arena y pigmentos vegetales. Es una persona generosa sin límites, abraza la vida y sus proyectos con mucho amor y pasión.

Aliria como buen autodidacta, tomó el riesgo de inventarse una aventura que nace en su pasion por el arte y la vida. Conocimos a

Aliria y Jacobo en el taller literario de Rosa Nissan y nos hicimos amigos. Lo lloró hasta que se le secaron las lágrimas. Vino a visitarnos al Caribe y nos hicimos más cercanos.

Recientemente leí una crónica sobre el calvario que vivió durante su enfermedad con el Covid-19 Jacaranda Correa, quien parafraseando a Angeles Mastreta intitula, Vivir para Contarla. Platica cómo en la parte más dificil de su enfermedad, con fiebre muy alta, dolores de cabeza, dolor agudo de cuerpo, dificultad para respirar debido a la pneumonia instalada en sus pulmones, veía las conferencias del gobierno sobre la pandemia tratando de encontrar respuestas o aliento sobre su estado. Solo datos y cifras. Contamos los Muertos. Apagó el televisor, es urgente humanizar los datos, pensó. Contar las historias de los enfermos, poner rostro a los muertos. Contar el sufrimiento, el miedo, la incertidumbre de los que vivimos abrazados al dolor.

La artista plástica Claudia Mendez convocó artistas amigos, entre ellos a Aliria, desde mayo pasado al comienzo de la pandemia a realizar una máscara que reflejara su sentir pandémico, “es más interesante el concepto, más lúdico. Salirnos de nuestra zona de confort y sacarnos fotos, compartir nuestro espacio de confinamiento y compartirlo con el público, convivir con nuestra creación (la máscara). Ya llevamos 2 ediciones, 130 autores”. Rostros de Libertad, la llamó.

Posteriormente a medida que estos iban muriendo quiso hacer un Memorial, Héroes frente al Covid, en homenaje a quienes perdieron la vida por salvar la de otros. Miles de vidas en el sector salud perdiendose en esta pandemia. Los especialistas podrán reemplazarse, pero los seres humanos, no.

No quiso hacer el típico Memorial frío, con nombres, sino la intención hacer un homenaje y poner rostro o un sentimiento, y finalmente exponer la cara de estos heroes frente al covid en los Hospitales: Siglo XXI, General, y en el salón de la Plástica Mexicana.

Percibo la terrible situación que enfrentan los trabajadores de la salud. Las agresiones que sufrieron, la falta de insumos y seguridad hasta llegar a la perdida de vidas. Hay que unirnos como gremio y apoyarlos. Pensé ¿qué hago? Se me ocurrieron estos cuadros en formato pequeño para hacer una muestra

itinerante. Darles un homenaje a estas personas. Hay soluciones muy abstractas, muy conceptuales, pero otras muy conmovedoras. Es una manera de decir estamos con ustedes.

Cuando ya se pueda de manera presencial, queremos hacer en el zócalo un gran circulo de luz. Lo estoy exhibiendo virtualmente en la página Rostros de Libertad. Hemos recibido comentarios muy intensos y bellos de los familiares de los trabajadores de la salud homenajeados. De manera simbólica damos luz a estas personas que perdieron la vida por salvar la de otras.

Una manera de humanizer la pandemia, dar rostro y empatía a quienes han dado su vida por otros y han abrazado el dolor.

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José Cárdenas