El Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de México, Francisco Daniel Rivera Sánchez, falleció en la madrugada del 18 de enero a los 65 años, por complicaciones del COVID-19, según informó en un comunicado la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).
“Ofrecemos nuestra oración por el eterno descanso de nuestro hermano Mons. Francisco Daniel Rivera Sánchez, obispo auxiliar de la Arquidiócesis Mexicana. Que sea recibido en la casa eterna como fiel servidor del Señor. La Santísima Virgen lo acompañe”, escribió el organismo eclesiástico en Twitter.
Fue el pasado 16 de diciembre, cuando la Arquidiócesis Primada de México informó por primera vez del estado de salud del religioso, quien había contraído el COVID-19 y se había ausentado de los oficios habituales.
Casi dos semanas más tarde, el día 28, la autoridad católica reveló que el sacerdote había sido hospitalizado, tras complicarse su cuadro clínico.
Después de 21 días internado, el obispo falleció en la madrugada de este lunes.
“Pidamos a Santa María de Guadalupe que lo reciba en sus maternales brazos y lo acompañe en su regreso a la Casa del Padre. Más adelante, informaremos sobre las celebraciones litúrgicas para pedir por el alma de Monseñor Francisco Daniel Rivera Sánchez”, escribió el Arzobispo Primado de México, Carlos Aguiar Retes, en un comunicado.
La noticia del fallecimiento, llega solo unas horas después de que la CEM informara también de que otros dos religiosos resultaron contagiados de COVID-19: el Cardenal Norberto Rivera, y el Monseñor Jaime Calderón. Según informó la Diócesis de Tapachula, este último se encuentra estable.
El 19 de marzo de 2020, el padre Francisco Daniel Rivera Sánchez recibió la encomienda episcopal para servir como uno de los cinco obispos auxiliares de la Arquidiócesis de México.
El sacerdote nació en la ciudad de Guadalajara, Jalisco, un 15 de octubre de 1955. Estudió contabilidad, y ejerció la profesión desde 1973 hasta 1977, año en el que ingresó a la Congregación de los Misioneros del Espíritu Santo, en la Ciudad de México.
Según detalla el portal Desde la Fe, allí ejerció como Superior General, de 2016 a 2020, hasta que recibió la orden del Papa Francisco de convertirse en Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis mexicana.
“Ordinariamente, los obispos suelen ser elegidos más en el clero diocesano. Además, siendo superior general, a mí me faltaban dos años para concluir mi período; nunca me imaginé absolutamente nada”, expresó entonces en una entrevista con el sitio web mencionado.
A pesar de la sorpresa, aceptó la petición.
“Acepté, justamente porque soy Misionero del Espíritu Santo y en nuestro carisma está el servicio a la Iglesia y a los sacerdotes. El anuncio me dijo que la Virgen María estaría conmigo y pues, como dijo la Virgen: ‘hágase en mí, según tu palabra’”, agregó.
Durante su labor como monseñor, deseaba cumplir un deseo: saber escuchar y dialogar con los fieles. Amante de la cocina, de la lectura y de la música, se definía a sí mismo como una persona espontánea y sociable, capaz de conectar con la gente.
El pasado 16 de noviembre, participó como obispo en la peregrinación virtual a la Basílica de Guadalupe, que se emitió el 11 de diciembre. Un mes más tarde, se dio a conocer que se había contagiado de Covid-19.
Fuente: Infobae