▲ El presidente Andrés Manuel López Obrador, acompañado por el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, y el canciller Marcelo Ebrard, en conferencia de prensa en Palacio Nacional.
Fue en los primeros días del pasado diciembre cuando di a conocer, en esta columna para EL UNIVERSAL, la existencia de un documento firmado por varios Secretarios pidiéndole al Presidente relevara al Dr. Hugo López-Gatell. El argumento era claro: temían que, derivado de la displicencia del encargado del manejo de la pandemia, el Ejecutivo se contagiara de Covid19, y ocurrió.
Una parte del texto destacaba como “inadmisible que un epidemiólogo, (obligado por profesión a basar sus dichos en evidencia científica)”, usara aquella frase de “que la fuerza del Presidente era moral y no de contagio”. Todos los firmantes consideraban que López-Gatell, en su afán por complacer a AMLO y salvar su orgullo, ponía en peligro día con día al tabasqueño.
Lo que tanto alertaban aquellos funcionarios de alto rango pasó: el Ejecutivo se contagió y derivado de su condición previa de salud, (con algunos padecimientos de cuidado), ponía en riesgo su vida. Ahora culpan al Dr. López-Gatell de lo ocurrido, y en la agenda de los Secretarios está, por encima de cualquier cosa, hacerlo renunciar.
El oficio interno al que me refiero, (firmado a finales del pasado noviembre), destacaba una preocupación conjunta ante la posibilidad de que el Presidente contrajera Covid19, derivado de que el Dr. López-Gatell se rehusaba a seguir medidas sanitarias mundialmente recomendadas, y las cuales, por razones incomprensibles, se negaba a aceptar como necesarias.
“Es como si el Subsecretario atentara a diario contra la vida de Andrés Manuel, así de concreto”, me comentaron varios de ellos, preocupados, en ese momento. Y si bien es cierto hay grandes posibilidades de que el Presidente recupere su salud de manera satisfactoria, repudian la necesidad de haberlo expuesto.
Cuentan al interior del círculo rojo que, a manera de desaprobación y reclamo al Dr. López-Gatell, varios funcionarios de la 4T (de distintos rangos), han ido dejando, poco a poco, bolsas con cubrebocas en la entrada de su oficina. “Es una clara forma de echarle en cara su falta de seriedad en el cuidado del Presidente. Creemos que debió insistir en que todos usáramos mascarilla”, me dicen.
La mayoría de los funcionarios que rodean a AMLO saben que el primero en proponerle usar cubrebocas fue López-Gatell, sin embargo, después de una charla privada con el Presidente consideró decir que su “fuerza era moral, no de contagio”.
La plana mayor de la 4T va por el cargo del Dr. Hugo López-Gatell, aunque saben, (y de sobra saben), que el Subsecretario parece estar vacunado por AMLO ante cualquier intento de removerlo. Ya veremos, “pues el Covid te cambia”, dicen. Al tiempo.
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