El coronavirus, ha matado desde el primer caso detectado en China en diciembre de 2019, aproximadamente a 1.8 millones de personas en el mundo.
Diferentes expertos y científicos en la materia han afirmado que lo peor está por venir a consecuencia de los eventos familiares y entre amigos, organizados para celebrar las fiestas navideñas.
En los Estados Unidos, apenas el sábado pasado se identificaron en un solo día 277 mil casos; en Paris la policía clausuró un «rave» donde celebraban cientos de personas; en Bangkok, lugar de conocida fama nocturna se impusieron medidas drásticas de prohibición de bares y se cerraron escuelas; en Tokyo se declaró estado de emergencia al identificarse una tercera ola; en Corea del Sur las prohibiciones se extendieron hasta el 17 de enero, incluyendo reuniones de más de 4 personas.
En resumen, el coronavirus en el mundo entero es un asunto totalmente fuera de control, seguir por el camino de responsabilizar únicamente al gobierno federal a pesar de haber contribuido en gran medida con su torpeza, ineptitud y desinformación, hoy ya es un asunto secundario.
Porque por más que haya sido el deseo más anhelado de la población y le hayamos dedicado la mayoría de nuestras uvas en los primeros minutos del año nuevo, desafortunadamente el 2021 no traerá mejores resultados.
Simplemente debemos reconocer y enfrentar la realidad en su justa dimensión y perspectiva mundial. Insisto en el ejemplo: en Estados Unidos se han registrado 20 millones de contagios y a pesar de contar con una vacuna y estar disponible, las complicaciones logísticas son todo un tema.
En Rusia aseguran que 800 mil personas ya recibieron la vacuna SputnikV y que ya se distribuyeron 1.5 millones de vacunas más. Aunque habrá que analizar más la operación, porque Rusia tiene nada más ni nada menos que 147 millones de habitantes, es decir sólo el 2% de la población ha recibido la primer dosis de vacuna.
Además, de acuerdo a los propios científicos, cada persona debe recibir no una sino dos dosis de vacuna, lo que hace que la operación sea mucho más compleja.
Hoy en día, el problema ya no es encontrar la vacuna, el problema es la producción por la gran demanda de ellas. Miles de millones de personas, en cada rincón del planeta la necesitan
En la carrera por la vacuna y lo que parece hasta ahora nuestra única salvación real, no contemplábamos las dificultades de administración, distribución y doble aplicación de dosis.
Así pues, 2021 no será un mejor año, por todas y cada una de las consecuencias de nuestro hartazgo, cansancio y la ineficacia del gobierno federal. Porque aún cuando actualmente podemos tener la certeza de que la solución existe, también debemos comprender que mientras la mayoría de la población no reciba la vacuna y no se tomen con responsabilidad las medidas preventivas, muchas tragedias más continuarán sucediendo.
El realismo puede ser doloroso, pero sin duda es mejor a seguir en la negación y la creación de pretextos absurdos.