Las empresas afectadas son Pfizer/BioNTec, Moderna y AstraZeneca, cuyas vacunas ya han sido autorizadas en la UE, además de Johnson & Johnson, Sanofi-GSK y CureVac, que aún no son avaladas, pero con las que Bruselas ya negoció la entrega dos mil 300 millones de dosis en total.
Cumplir con entregas
La medida implica que los laboratorios quedan limitados a exportar a otros continentes, pues primero deben cumplir con las entregas pactadas con la UE.
Bruselas busca tener certeza sobre cuántas dosis se producen en territorio común y a qué países se destinan, debido a sospechas de que AstraZeneca está entregando a Reino Unido vacunas que corresponden al bloque, mismo que ha financiado el desarrollo de éstas.
Ahora, las farmacéuticas deberán notificar cuando quieran enviar inmunizaciones al extranjero, al estado miembro en el que se produce la inoculación, y se espera que en dos días sean informados sobre si se autoriza o no la salida.
«Hemos pagado a estas empresas para aumentar su producción, y ahora esperamos que cumplan sus obligaciones», dijo el presidente ejecutivo de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis.
Las medidas se extenderán hasta finales de marzo; fuera de este control quedarán las entregas por razones humanitarias y las destinadas a la iniciativa COVAX.
HAY PREOCUPACIÓN
La Organización Mundial de la Salud advirtió ayer que los pasos dados por la Unión Europea “no ayudan” al combate contra el COVID-19.
El director general del organismo, Tedros Adhanom Ghebreyesus, y otros funcionarios advirtieron de interrupciones en la cadena de suministros que pudieran resultar y sentirse en todo el mundo, trabando potencialmente los esfuerzos para controlar la pandemia.
El premier británico Boris Johnson se dijo preocupado por las restricciones.
La Federación Europea de Industrias Farmacéuticas calificó la medida como «desproporcionada», pues no ayudará a solucionar las reducciones en las entregas al bloque y podría poner en peligro el suministro en todo el mundo.