El consejero de asuntos deportivos del Ministerio de Sanidad de Qatar, Abdulwahab Al Musleh, informó que los aficionados que deseen asistir al Mundial de Clubes de la FIFA, deberán someterse a pruebas rápidas de COVID-19, 72 horas antes de cada juego y si la prueba sale negativa, podrán recibir su entrada.
El funcionario añadió que de forma obligatoria los espectadores tendrán que mantener distancia social, uso de cubrebocas, utilización del rastro de los contactos en el país y uso de desinfectante.
Además, el número de aficionados será limitado al 30% de la capacidad de cada uno de los dos estadios de 40 mil plazas, y no albergarán a ningún aficionado extranjero, tomando en cuando las restricciones que las autoridades de Qatar ha impuesto.
La pandemia obligó al equipo Auckland City FC de Nueva Zelanda a renunciar al certamen, debido a la medida obligatoria de cuarentena a la que tendrían que someterse al regresar a su país.
Mientras que los Tigres, campeón de la Concacaf, tiene un caso positivo y su participación en el torneo no está segura.