La Rosca de Reyes es la última gran tradición de las celebraciones de fin de año. Se celebra el 6 de enero, el mismo día de la llegada de los Reyes Magos.
La Rosca de Reyes se come en esa fecha, porque es el día de la Epifanía o aparición de los Reyes Magos, quienes llegaron a ver al Niño Jesús para obsequiarle oro, incienso y Mirra, tres elementos que significan riqueza y poder, divinidad y salvación.
La Rosca de Reyes es una tradición que data del Siglo XII, en el Reino de Navarra, donde en 1361 se designaba Rey del Faba al niño que encontraba el haba en un pan que se compartía en el pueblo.
La rosca original no llevaba ningún acompañamiento o ingrediente añadido pero, desde el último tercio del siglo XX se preparan variedades con nata, crema o crema de chocolate.
En México, la representación de la Natividad se incorpora a la Rosca de Reyes, y se incrustan en el pan uno o más muñequitos alusivos a Jesucristo, lo que simboliza que el niño tuvo que ser escondido y protegido en los días del Nerón.
Originalmente, el muñeco se hacía de porcelana o de cerámica, pero actualmente es de plástico resistente al calor. Habitualmente, la cantidad de muñecos en el pan dulce varía en función del tamaño de la rosca.
Cada comensal corta su propio trozo de rosca y la persona que al partir su trozo encuentra el muñeco se compromete a dar una fiesta y preparar tamales para todos los presentes durante el Día de la Candelaria, el 2 de febrero.
Fuente: Staff