Alemania está ordenando vacunas para 2022 en caso de que se necesiten dosis regulares o de refuerzo para mantener a la población inmune a las variantes del COVID-19, dijo el sábado el ministro de Salud, Jens Spahn, en medio de una creciente frustración en Europa por el lento ritmo de vacunación.
Hablando en un ayuntamiento en línea de trabajadores de la salud, Spahn defendió el progreso logrado en la adquisición y administración de vacunas, diciendo que 2,3 millones de los 83 millones de habitantes de Alemania ya habían recibido una dosis.
Los gobiernos europeos enfrentan críticas por los atascos en el suministro y la producción. AstraZeneca, Pfizer y Moderna anunciaron recortes en los volúmenes de entrega justo cuando se esperaba que aumentaran la producción.
Alemania, la economía más grande de Europa, se ha visto paralizada por un segundo conjunto de medidas de contención del virus introducid en noviembre. Muchos ciudadanos miran con envidia el ritmo más rápido de vacunación en Reino Unido, Israel y Estados Unidos.
Estamos ordenando más vacunas para 2022, para tener al menos algunas a mano», dijo Spahn. «Nadie sabe si necesitaremos un refuerzo (…), con las capacidades de producción ampliadas, pediremos vacunas como precaución. Si no las necesitamos, bien, pero si lo hacemos, estarán disponibles».
Algunos de los poderosos primeros ministros regionales de Alemania se unieron al coro de críticas al gobierno federal el sábado, antes de la reunión del lunes de un nuevo grupo de trabajo de vacunación que reunirá a los actores nacionales y regionales a la misma mesa con compañías farmacéuticas y representantes de la Unión Europea.
El primer ministro bávaro, Markus Soeder, propuso nuevas reglas que permiten al estado tener más voz para dirigir los suministros de vacunas a quienes más las necesitan.
Necesitamos una economía de vacunas de emergencia en la que el estado establezca reglas claras», declaró al periódico Die Welt, y pidió a las autoridades que consideren autorizar el uso de vacunas chinas y rusas en Europa.
Las autoridades informaron 13.321 nuevas infecciones en Alemania el sábado y 794 muertes, aunque el número de casos por cada 100.000 personas durante siete días se redujo en tres a 91. El gobierno dice que el número debe ser inferior a 50 para evitar que los hospitales se abrumen.