La voz de los estados
El viernes pasado causó polémica el que el gobierno de la Ciudad de México no hubiera fijado el semáforo sanitario en color rojo, sin embargo, sí lanzó una alerta por el numero de contagios en la capital.
Ya hemos referido en este espacio que, como parte del trabajo de un gobernante está el decidir “entre lo malo y lo peor”, no hay margen, simplemente no lo hay.
Si bien es cierto que los contagios crecen vertiginosamente, también lo es que el cierre de empresas y las pérdidas económicas están dejando sin ingreso a cientos de miles de familias, la salud económica.
Siempre he creído en que los gobierno tiene que orientar a sus ciudadanos y me parece que, a nueve meses de iniciada la pandemia, no hay mucho más qué decir. Somos los ciudadanos quienes debemos de responder al llamado del gobierno y no depender de un color para saber que peligramos todos.