La respuesta no es sencilla, y desde luego ni es objetiva ni inmutable, pero con los 50 nombres que vamos a apuntar (ordenados alfabéticamente y en dos entregas) hemos tratado de realizar una lista lo más completa posible. Eso sí, como contaba el compañero Fernando hablando de nombres esenciales de la fotografía, el objetivo último de este artículo es que nos suenen sus nombres, sobre todo a aquellos que comiencen en este arte.
Por supuesto echaréis en falta algunos que, seguramente, también merecerían estar en la lista, así que os animamos a compartirlos a través de los comentarios. Pero, de todos modos, aquí os dejamos con los 50 mejores fotógrafos del mundo… probablemente:
Ansel Adams (1902 – 1984)
Nuestro primer fotógrafo es uno de los grandes maestros, seguramente uno de los mejores fotógrafos de paisaje de la historia. El norteamericano Ansel Adams creó del famoso Sistema de Zonas, para calcular con precisión la exposición en fotografía, y es conocido mundialmente por sus imágenes de paisajes en blanco y negro del parque nacional de Yosemite.
Diane Arbus (1923 – 1971)
Nuestra primera fotógrafa ha quedado en la historia como una artista que desarrolló un estilo documental muy propio, directo e incluso visceral. Por eso, si Diane Arbus es recordada por algo es por sus fotos de personas al margen de la sociedad como artistas de circo, prostitutas o personas transgénero… que miran directamente a cámara, constituyendo unos retratos íntimos, intensos y, muchas veces, inquietantes.
Eve Arnold (1912 – 2012)
Seguimos con otra mujer que se hizo famosa por sus retratos de iconos culturales, con especial protagonismo de su amiga Marilyn Monroe. Aunque Eve Arnold, también se destacó por su trabajo de fotoperiodista que le llevó a realizar reportajes sociales que le dieron el honor de ser la primera mujer miembro de pleno derecho de la Agencia Magnum en el año 1957.
Richard Avedon (1923 – 2004)
Otro maestro del retrato cuyas fotos de personajes como Andy Warhol, Truman Capote, George Bush, Henry Miller, Humphrey Bogart o Marilyn Monroe destacaron por desnudar su psicología como pocos han hecho en la historia de la fotografía a pesar de su aparente sencillez (solía utilizar un simple fondo blanco). Además, Richard Avedon fue también un revolucionario en el mundo de la moda al sacar a las modelos a la calle y fotografiarlos con un estilo novedoso, elegante y clásico pero a la vez aportando una nueva emoción a este tipo de imágenes comerciales.
Cecil Beaton (1904 – 1980)
Otro artista que dejó una huella profunda tanto en el mundo de la moda como en el del retrato es este británico que, fascinado por el glamour, la elegancia y el estilo, acaparó las portadas de revistas como Vogue y Vanity Fair desde los años 20. Pero Cecil Beaton no sólo es conocido por sus retratos de estrellas como Marlene Dietrich, Audrey Herpburn y Marilyn Monroe, sino que también practicó el documentalismo, como fotógrafo en la Segunda Guerra Mundial, y hasta la escenografía y el diseño de vestuario, que le llevó a ganar un Óscar de Hollywood por su trabajo en My Fair Lady.
Margaret Bourke-White (1904 – 1971)
Apodada como “Maggie la indestructible”, esta pionera fue la primera corresponsal de guerra y la primera fotoperiodista de la revista Life. Gracias a ello, Margaret Bourke-White documentó hechos históricos como la liberación de los prisioneros de los campos de concentración nazis o la independencia de la India de la mano de Ghandi. Aunque también es muy conocida por sus imágenes de los rascacielos y demás elementos arquitectónicos de su ciudad natal: Nueva York.
Robert Capa (1913 – 1954)
No podía faltar el que, sin duda, es uno de los fotógrafos más famosos de la historia, muy conocido por su foto ‘Muerte de un miliciano’ (una de las más icónicas de la historia), y por ser co-fundador de Magnum Photos. Robert Capa (cuyo nombre real era Ernö Friedmann y fue pareja de Gerda Taro a la que se le atribuyen algunas de sus fotos) fue un fotoperiodista húngaro pionero al ser el primero en utilizar cámaras de pequeño formato para contar lo que ocurría en el frente de guerras como la española o la Segunda Guerra Mundial. Por eso no es de extrañar que acuñara la famosa frase “Si tus fotos no son lo suficientemente buenas es porque no te acercaste lo suficiente”.
Henri Cartier-Bresson (1908 – 2004)
Otro de los imprescindibles de la lista es este francés maestro entre maestros y considerado padre de la fotografía callejera. Henri Cartier-Bresson acuño el término “el momento decisivo” en su libro homónimo que ha sido enormemente influyente en la historia de la fotografía. Cofundador de la Agencia Magnum, destacó también en la fotografía documental, el retrato y los paisajes.
Imogen Cunningham (1883 – 1976)
Otra pionera en el campo de la fotografía que fue fundadora junto a Ansel Adams y Edward Weston (entre otros) del grupo f/64. Su afición a la fotografía comenzó desde niña, de forma autodidacta, y cobró popularidad como fotógrafa de retratos con un estudio propio a principios del siglo pasado. Años más tarde, tras ser madre, Imogen Cunningham se dedicó a fotografiar su entorno más cercano, las flores de su jardín, creando unas composiciones naturales abstractas que han quedado para la historia como parte fundamental de su obra de estilo pictorialista.
Bruce Davidson (1933)
Uno de los grandes maestros de la street photography, miembro de Magnum Photos y especializado en retratar a los grupos marginados de la sociedad estadounidense como los pandilleros de Brooklyn o Harlem o los artistas de circo. Claro que Bruce Davidson no se limitó a retratarlos porque su filosofía se basó en formar parte de la comunidad que pretendía retratar. Esta visión antropológica, con un fuerte componente documental, terminó siendo un estilo para abordar este tipo de fotografía callejera que ha influido notablemente en los fotógrafos posteriores.
Robert Doisneau (1912 – 1994)
Este fotoperiodista francés, que trabajó junto a grandes como Henri Cartier-Bresson, es mundialmente conocido por su foto ‘El Beso’ (que años después se descubriría que fue preparada), y por ello está considerado como uno de los fotógrafos callejeros que mejor retrató la vida de su París natal con un estilo fresco y espontáneo. Claro que no todas fueron imágenes que desprendían alegría como las de su serie ‘Besos’ (encargo de la revista Life), sino que Robert Doisneau también retrató la Francia ocupada por los nazis y, ya en sus últimos años, se dedicó también a la fotografía de moda y publicidad.
William Eggleston (1939)
Considerado un visionario, fue uno de los fotógrafos clave que contribuyó a que la fotografía en color se convirtiera en una forma de arte aceptada. La obra de William Eggleston está formada por fotografías con un estilo “instantáneo”, que reflejan la vida y la iconografía norteamericana de los 70 de una manera que nunca antes se había visto, motivo por el que constituyó toda una revolución en su tiempo. Pero lo mejor es que sus imágenes, aparentemente sencillas, celebrando lo extraordinario en lo cotidiano, siguen siendo frescas con el paso del tiempo y continúan influyendo a las generaciones posteriores.
Alfred Eisenstaedt (1898 – 1995)
Otro fotógrafo mundialmente conocido por una foto de una pareja besándose (llamada ‘V-J Day in Times Square’). Alemán de nacimiento y emigrado a los EE.UU (era judío), Alfred Eisenstaedt fue un gran y prolífico fotoperiodista cuyas fotos coparon las portadas de la revista Life, aunque también se prodigó, con maestría, en el retrato
Elliot Erwitt (1928)
Nacido en París, fue discípulo del gran Robert Capa quien le incorporó a Magnum con sólo 25 años cuando ya había despuntado por su forma de saber captar el momento decisivo. Elliot Erwitt es el creador de un montón de fotos icónicas, como las de sus populares series dedicadas a los perros, imágenes con un indudable tono humorístico cargado de ironía pero también con un importante sentido crítico.
Walker Evans (1903 – 1975)
Este estadounidense es conocido sobre todo por su trabajo para la Farm Security Administration documentando la dura vida de las comunidades rurales en el periodo de la Gran Depresión americana. El estilo de Walker Evans, realista pero humanista, se basaba en mirar a los hechos directamente, aparentemente sin intervención, de una manera precisa y cruda, pero al mismo tiempo representando a los retratados de las clases más bajas con toda su dignidad. Años más tarde fue articulista y fotógrafo de la revista Fortune, e incluso llegó a ser profesor de fotografía en Yale con alumnos ilustres como nuestro siguiente fotógrafo.
Robert Frank (1924 – 2019)
Otro de los imprescindibles de esta lista por ser el autor de ‘The Americans’, considerado uno de los libros clave en la historia de la fotografía. En aquel volumen, Robert Frank retrató como nadie la sociedad norteamericana de los años 50 en todos sus estratos (realizando un total de 28.000 fotografías en los dos años que estuvo viajando por el país), con una mirada reflexiva y autocrítica y un estilo poco convencional y hasta anárquico. Posteriormente también se dedicó al cine, arte que compaginó con la fotografía hasta que nos dejó en 2019.
Cristina García Rodero (1949)
No podía faltar nuestra fotógrafa más reconocida internacionalmente, fotógrafa documentalista que se hizo conocida por “España Oculta”, obra cumbre de nuestro arte visual. Un recorrido por la geografía española, con la personal mirada de Cristina García Rodero, que la llevó a ser embajadora de nuestras tradiciones y costumbres. Recientemente homenajeada en su tierra natal con un museo a su nombre, también fue el primer español en entrar en Magnum y, sin duda, se merecía estar en este listado.
Philippe Halsman (1906 – 1979)
Otro maestro del retrato que inmortalizó a algunas de las personalidades más importantes del siglo XX como Albert Einstein o Winston Churchill trabajando para revistas como Vogue y Life (en la que llegó a copar 101 portadas). Las principales señas de identidad de Philippe Halsman fueron el estilo, la elegancia y también la inventiva visual que dio lugar a otra fotografía icónica de la historia: ‘Dali Atomicus’.
Lewis Hine (1874 – 1940)
Norteamericano de nacimiento, su formación como sociólogo tuvo mucho que ver en que dedicara su trabajo fotográfico a retratar la sociedad de comienzos del Siglo XX desde la perspectiva de los más desfavorecidos. Lewis Hine retrató a los inmigrantes que llegaban a la Isla de Ellis (NY) o a los niños y niñas explotados en las fábricas, y dejó un legado espectacular de la sociedad industrial que le tocó vivir a través de una mirada documentalista, pero no exenta de subjetividad y, sobre todo, de crítica.
Yousuf Karsh (1908 – 2002)
Este canadiense de origen armenio está considerado como uno de los fotógrafos de retratos más importantes del mundo. De hecho en el portfolio de Yousuf Karsh figuran retratos de nombres ilustres como Winston Churchill, Ernest Hemingway, Albert Einstein o la Madre Teresa de Calculta. A todos ellos los retrató como nadie este artista gracias a una cuidada iluminación y un talento especial para captar la personalidad del fotografiado.
Michael Kenna (1953)
Este británico es sin duda uno de los fotógrafos de paisaje más reconocidos de la historia, famoso por el eminente sentido artístico de sus imágenes e imitado hasta la saciedad. Las fotos de Michael Kenna, generalmente en blanco y negro y realizadas con una Haselblad de película (frecuentemente usando una larga exposición), destilan elegancia y minimalismo.
André Kertész (1894 – 1985)
Nacido en Budapest, su vida transcurrió entre la capital húngara, el París de las vanguardias y Nueva York, lo que marcó sin duda una trayectoria no todo lo ideal que le hubiera gustado. La fotografía de André Kertész navegó entre el retrato de la sociedad que le rodeaba, con especial atención a los más desfavorecidos, y el surrealismo de sus fotos más famosas. Un artista innovador, que toco muchos géneros, y notablemente influyente en las generaciones posteriores.
William Klein (1928)
Si muchos de los incluidos en esta lista nacieron en Europa y acabaron emigrando a los EE.UU, William Klein hizo el camino de vuelta, desde sus orígenes neoyorkinos (hijo de emigrantes húngaros) hasta París donde desarrolló la mayor parte de su trabajo como fotógrafo pero, también, pintor, escultor y director de cine. Esto tuvo mucho que ver con un estilo muy personal, rebelde y ecléctico, que se reflejó tanto en su obra fotográfica relacionada con la moda (sobre todo trabajando para Vogue), como en lo que el llamaba sus “fotos serias”, con las que documentaba la sociedad en la que vivía.
Dorothea Lange (1895 – 1965)
Otra gran pionera, nació en los EE.UU y en su infancia sufrió poliomielitis lo que derivó en una constitución débil y dificultades para caminar. Dorothea Lange estudió fotografía y llegó a tener un exitoso estudio en San Francisco, pero lo que de verdad cambió su carrera fue su decisión de salir del estudio y dedicarse al fotoperiodismo documentando la pobreza en los duros años de la Gran Depresión americana. Su mirada sincera y humanista nos dejó grandes retratos de quienes peor lo pasaron en aquella época y le valió el apodo de “la fotógrafa del pueblo”.
Jacques Henri Lartigue
Si la anterior fue la fotógrafa del pueblo, nuestro último maestro (por esta primera entrega) es considerado “el fotógrafo de la felicidad” ya que se dedicó a retratar el mundo desde el positivismo. Seguramente tendría que ver con el hecho de que Jacques Henri Lartigue nació (en Francia) en una familia acomodada, pero no se puede negar su elegancia y su maestría a la hora captar escenas cotidianas, frecuentemente con un añadido en forma de dinamismo que se convirtió en un estilo propio muy característico.