Los negociadores británicos y de la Unión Europea hicieron un último esfuerzo el lunes para salvar las obstinadas diferencias que se interponen en el camino de un acuerdo comercial post-Brexit, con un máximo de 48 horas para evitar una salida sin acuerdo a finales de este mes.
“Las negociaciones entre la UE y el Reino Unido han llegado a su fin, el tiempo se está acabando rápidamente”, dijo un diplomático de la UE después de que el jefe negociador del bloque, Michel Barnier, dio a los enviados de Estados miembros que han acudido Bruselas una evaluación pesimista de la situación.
“El Reino Unido tiene que elegir entre… un resultado positivo o un resultado sin acuerdo”.
Con el creciente temor a que la ausencia de acuerdo derive en el caos después de que Londres finalmente deje la órbita de la UE el 31 de diciembre, las conversaciones se reanudaron antes de que el primer ministro británico Boris Johnson y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, revisen la situación en una llamada que estaba prevista para las 1600 GMT.
El primer ministro irlandés, Micheal Martin, cuyo país sería el más afectado de los 27 estados de la UE si no hay un acuerdo comercial, puso las posibilidades de un acuerdo al 50%. El banco de inversiones JPMorgan dijo que sus probabilidades de no llegar a un acuerdo se habían incrementado desde el 20% hasta un 33%.
La libra esterlina se desplomaba ante la preocupación de que no haya pacto con el que cubrir intercambios comerciales de casi un billón de dólares al año.
Barnier dijo a los miembros del Parlamento Europeo en una sesión informativa que las negociaciones podrían continuar hasta el miércoles, pero no más allá, según las noticias de la cadena irlandesa RTE.
Los diplomáticos de la UE dijeron que la pelota estaba ahora en el tejado de Johnson.
“La gente tiene que entender que los británicos están jugando con fuego y que el fuego puede quemar a todo el mundo y eso es algo que todos deberíamos tratar de evitar”, dijo Mairead McGuinness, comisaria por Irlanda en el ejecutivo de la UE.
El jefe negociador de la UE, Michel Barnier, junto con con el representante permanente de Francia ante la UE, Philippe Leglise-Costa, durante una reunión de embajadores de los gobiernos de la Unión Europea en Bruselas, Bélgica, el 7 de diciembre de 2020. John Thys/Pool vía REUTERS
No obstante, el periódico The Sun informó que Johnson, una figura clave en la campaña a favor de abandonar la UE en el referéndum de 2016, estaba listo para retirarse en cuestión de horas de dichas conversaciones a menos que Bruselas cambiara sus demandas.
En Londres, un legislador del partido conservador del ejecutivo de Johnson dijo que Francia tendría que hacer concesiones en materia de pesca, y la UE tendría que abandonar sus presuntas nuevas demandas en materia de igualdad de condiciones de competencia, según esta fuente.
Reino Unido, que se incorporó a la UE en 1973, abandonó oficialmente el bloque el 31 de enero, pero desde entonces se encuentra en un período de transición en el que las normas sobre el comercio, los desplazamientos y los negocios no han cambiado.
Durante semanas, las dos partes han estado negociando —hasta ahora sin resultado— sobre los derechos de pesca en aguas británicas, y sobre las garantías de una competencia justa para las empresas, así como sobre los mecanismos para resolver futuras disputas.
Si no se llega a un acuerdo, podría haber problemas graves en las fronteras, turbulencias los mercados financieros e interrupciones en las delicadas cadenas de suministro en toda Europa y otras regiones, en un momento en que el mundo trata de hacer frente al enorme costo económico que supone la pandemia de COVID-19.
Reino Unido dijo que podría eliminar cláusulas de la legislación que supondrían un incumplimiento de su acuerdo previo para el Brexit con la UE y que revisaría las disposiciones de otro proyecto de ley si avanzan las conversaciones sobre el Acuerdo de Retirada.
El país ha reconocido que dichas cláusulas violan el derecho internacional, pero dice que son una red de seguridad esencial que garantizaría la integridad del Reino Unido.
Fuente: Reuters