A la vida de Sergio Pérez en la Fórmula Uno le faltaba un triunfo para poder decir que nadie ha hecho más que él en el automovilismo mexicano, que es el mejor piloto azteca de la historia. El domingo 6 de diciembre en el circuito de Sakhir llegó esa estadística y, ahora sí, ve a todos desde arriba.
Las comparaciones siempre provocan urticarias, pero lo de Checo ya es una trayectoria de leyenda.
Inmediatamente surgirán los puristas que digan: «¿Y los Rodríguez?» «¡No seas sacrílego!». Pero nadie ha corrido más, nadie ha sido tan constante, tan competitivo durante tanto tiempo y más en una era donde no tener un auto de punta hace muchísima más diferencia que en toda la historia de la F1.
Son 10 temporadas, 190 Grandes Premios arrancados, 10 podios, 706 puntos y una victoria. Todas estas estadísticas son por mucho récord para un piloto mexicano, sólo Pedro Rodríguez tiene más triunfos en la F1.
Ahí están juntos los tres triunfos de la historia e México en la máxima categoría del deporte motor. Nadie hace menos los del mayor de los Rodríguez, pero ganar con un auto Racing Point en la era de los Mercedes y con la fuerza de Red Bull, es una hazaña aparte.
En 1970 que Pedro ganó su último Gran Premio, lo cual pasó en Spa Francorchamps, fueron 7 pilotos diferentes lo que pudieron recibir la bandera a cuadros como triunfadores, de 5 equipos distintos. En 2020, son 5 ganadores de 3 equipos con un dominio aplastante de Mercedes con 13 de 16 victorias posibles, hasta el momento.
En 1967, que Pedro ganó en Sudáfrica fueron 6 pilotos ganadores de 5 diferentes equipos.
En 1970 y 1967 había más autos que podían ganar un Gran Premio, en 2020 quitarle una victoria a Hamilton y Mercedes es un logro para enmarcar.
Tuvieron que pasar 50 años, 5 meses y 29 días para que volviera a sonar en el podio el Himno Nacional Mexicano, las lágrimas de Checo se replicaron en miles de aficionados que irremediablemente tuvieron que verlo por televisión, no había aficionados en la pista de Bahréin.
El talento de Checo Pérez explotó totalmente en esta noche, donde un accidente lo relegó al último lugar desde la primera vuelta para que remontara desde ahí hasta la gloria.
Medir talentos es algo tonto. Quién tuvo o tiene más es relativo. Hoy se trata de historia y la de Pérez es larga con un circuito, potente como un motor y brillante como el trofeo de la victoria.
Manos enormes, deseos incontenibles, nervios de acero, precisión en cada curva, ritmo y paso de metrónomo. El talento de Checo (ahí va otro «sacrilegio») se equipara al de Ricardo Rodríguez, el malogrado joven que estaba llamado a ser campeón de la Fórmula Uno.
En Sakhir, Checo coronó décadas de esfuerzo familiar que fue cimentado por sus padres Antonio y Marilú, quien encerrados en un hotel junto a la pista, en cuarentena por haber llegado hace tres días de México, vibraron como nunca con el más pequeño de sus tres hijos.
También puso la cereza en un año donde perdió el asiento en Racing Point para 2021 ante la tentación que no pudieron controlar sus dueños de hacerse de los servicios de Sebastian Vettel.
Sergio Pérez ya tenía el respeto del mundo motor, pero hoy ganó la admiración y el más alto lugar en la historia del automovilismo mexicano
Fuente: ESPN