Durante el primero de 22 días del nuevo gran confinamiento por el repunte de la pandemia en la Ciudad de México, un gran número de capitalinos no se quedó en casa.
El nuevo pico de contagios, tras 19 mil 774 muertes asociadas al COVID-19, en la capital, no inhibió la salida de miles de personas a las calles, tianguis, plazas públicas y centros comerciales donde hay supermercados.
En medio de la temporada de posadas y a seis días de la Navidad, desde el mercado de chácharas y Plaza Antenas, en Iztapalapa, hasta Parque Delta, Plaza Lindavista y el Centro Histórico, las personas no dejaron de aglomerarse.
Aunque en los supermercados y en los negocios de comida para llevar se pedía a los consumidores no llevar niños, los menores se dejaban ver con cubrebocas y caretas diseñados especialmente para ellos.
En Plaza Las Antenas, Claudia Celia fue una de las 400 personas formadas. Ante el anuncio del nuevo cierre, corrió a cambiar una camisa, regalo de Navidad para su esposo.
“No le quedó, si no lo hago hoy ya no podré después. Además tengo que hacer el súper para los próximos días y la Noche Buena. No habría que estar aquí, pero bueno…”, dijo.
No importó el listado difundido por las autoridades capitalinas para especificar el funcionamiento de establecimientos esenciales.
Afuera de los centros comerciales se colocaron mesas con los pedidos, mientras un ejército de jóvenes en bicicletas y motonetas llevaba la comida prepagada que se solicitó mediante las diversas aplicaciones móviles.
“Es uno de mis mejores días sin duda”, admitió Sergio, quien en menos de tres horas sumaba 10 viajes de comida entregada.
Por su parte, en un comunicado, la autoridad capitalina aclaró: “Los establecimientos mercantiles cuyos giros principales no se encuentren previstos como esenciales, pero que cuenten al interior de su establecimiento con actividades esenciales como farmacias, bancos o venta de alimentos preparados para llevar, deberán permanecer cerrados, con excepción de dichas áreas”.
Ello permitió que tiendas de amplia gama pudieran abrir, pero únicamente en sus áreas de restaurantes para pedidos y de farmacias.
En Eje 1 Norte, los puestos ocuparon los carriles para el flujo vehicular, dejando sólo uno libre. Miles de personas acudieron para comprar ropa, artículos varios y juguetes.
No muy lejos de ahí, en la explanada del Centro Cultural José Martí, en el Centro Histórico, cientos de personas se congregaron en el tianguis de venta de juguetes, tarjetas y objetos vintage.
«Es el mejor fin de semana de ventas para nosotros. Si nos quitan, nos arrebatan el pan de la boca», advirtió José, vendedor de muñecos de la saga Marvel.
—¿No teme infectarse y enfermar?
—No tengo alternativa. Así me gano la vida.
Fuente: Heraldo de Mèxico