A unos cuantos días de que la vacuna contra el covid-19 sea autorizada en Estados Unidos, la mayor parte de California se encaminaba el domingo a otro confinamiento debido al repunte de casos, y altos funcionarios de salud les advirtieron a los estadounidenses que no es momento de bajar la guardia.
“La vacuna es crucial», dijo la doctora Deborah Birx, la coordinadora en la Casa Blanca de la respuesta al coronavirus, durante el programa “Meet the Press” de la cadena NBC. “Pero no nos va a salvar de este repunte actual. Sólo nosotros podemos salvarnos de este repunte”.
Se tiene previsto que un panel asesor de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) examine el jueves una solicitud para autorizar el uso de emergencia de la vacuna desarrollada por Pfizer. La campaña de vacunación podría empezar días después, aunque los primeros suministros estarán racionados y no se prevé que las vacunas estén ampliamente disponibles sino hasta la primavera boreal.
Ante lo que podría ser un invierno catastrófico en Estados Unidos, altos funcionarios del gobierno pidieron a los estadounidenses portar mascarillas, cumplir con las medidas de distanciamiento social y seguir otras reglas básicas, precauciones que el presidente Donald Trump y otros miembros del gobierno han desdeñado en varias ocasiones.
“Escucho a miembros de las comunidades repetir como loros esas situaciones, repitiendo como loros que las mascarillas no funcionan, que deberíamos trabajar por la inmunidad colectiva, que las reuniones no se convierten en eventos de alta propagación”, comentó Birx. “Y creo que nuestro trabajo es decir constantemente que esos son mitos, que están equivocados y que uno puede ver la base de pruebas».
El virus ha provocado más de 280 mil decesos y más de 14.6 millones de casos confirmados en Estados Unidos. Las infecciones nuevas por día han aumentado a máximos históricos de más de 190 mil en promedio.
Las muertes diarias se han incrementado a un promedio de más de 2 mil160, un nivel visto por última vez en abril, cuando el brote estaba centrado en la zona metropolitana de Nueva York. El número de estadounidenses hospitalizados por coronavirus alcanzó los 100 mil por primera vez en los últimos días.
La cifra de decesos en Estados Unidos podría llegar a los 400.000 para finales de enero, advirtió el doctor Scott Gottlieb, excomisionado de la FDA, en el programa “Face the Nation” de la CBS.
“Aunque las cosas ya están muy mal», comentó, “van a ponerse mucho peor”.
En California, el primer lugar en implementar un confinamiento a nivel estatal durante la primavera pasada, nuevas órdenes de permanecer en casa entrarían en vigor el domingo por la noche en el sur de la entidad, en gran parte del área de la Bahía de San Francisco y en otras zonas.
Las nuevas reglas en el estado de 40 millones de habitantes prohíben las reuniones entre personas de distintas viviendas. Las tiendas minoristas, incluidos los supermercados y los centros comerciales, pueden operar a una capacidad del 20%. Los restaurantes deberán suspender su servicio presencial y los salones de belleza, cines, museos y parques infantiles tendrán que cerrar.
La cantidad de camas disponibles en las unidades de terapia intensiva de los hospitales de California está disminuyendo conforme aumentan las infecciones. Las autoridades de salud del estado impusieron las medidas de confinamiento luego que la capacidad en cuidados intensivos cayó por debajo del 15% en algunas regiones.
Fuente: Excélsior