Estados Unidos tardará un buen tiempo en recuperar prestigio y liderazgo, el daño que le infligió Donald Trump es de proporciones incalculables y van desde el choque interno que generó, hasta el descrédito en el ámbito internacional. Pero por sobre todas las cosas destaca el golpe sufrido por el sistema democrático que, hasta el reciente proceso electoral, muchos lo veían como un modelo a seguir.
El berrinche de Trump desgastó más de la cuenta al país, su incapacidad para asumir la derrota propició un innecesario enfrentamiento entre sus simpatizantes que le creyeron un fraude del que jamás acompañó la menor prueba, lo que se confirmó a lo largo de sus alegatos que fueron demeritados uno a uno hasta superar los 50 entre tribunales menores, mayores y la Corte Suprema, que no encontraron elementos para acreditar el dicho de una defensa carente de pruebas.
El presidente Electo ya comenzó el proceso de reconstrucción prometiendo que gobernará para todos los ciudadanos, incluidos los que no votaron por él y conformando un equipo de funcionarios de amplia experiencia en la administración pública.
Trump golpeó sin distingo las 16 corporaciones de inteligencia entre ellas FBI, CIA o DEA. Desacreditó sus investigaciones cuando no le gustaban los resultados o afectaban sus intereses.
Otro tanto hizo con un organismo orgullo de los norteamericanos, el Servicio Postal, que tiene tal credibilidad que los ciudadanos utilizan sus servicios para enviar documentos de valor y hasta dinero en efectivo. A lo largo de la historia el voto por correo ha sido un recurso confiable, hasta que Trump intentó desarticular la administración, le retiró fondos y lo consideró poco confiable en una elección.
En el plano internacional Biden ya anticipó el regreso de Estados Unidos al Acuerdo de París para la protección del medio ambiente y la reducción de energías sucias. Volverá a la Organización Mundial de la Salud y, seguramente, retomará la relación con los aliados tradicionales.
Ya veremos lo que ocurre con el comercio internacional, las relaciones en Oriente Medio, el acuerdo con Irán, la relación con China, Rusia, Cuba, Corea del Norte y Venezuela; por citar algunas que en los últimos cuatro años fueron indefinidas.
En el caso de México las cosas ya no empezaron con el mejor de los ambientes, el Departamento de Justicia ya expresó malestar por las reformas que obligarán a los agentes de seguridad a informar su identidad. El Departamento del Tesoro manifestó su extrañamiento por la intentona de hacer reformas a las políticas del Banco de México. Capítulo aparte será la aplicación del renovado tratado comercial, que se advierte traerá complicaciones en temas para los cuales las soluciones se darán en instancias estadounidenses.
Desde luego, ahí están los problemas de siempre, migración, trasiego de drogas y tráfico de armas. Con Trump todo se limitaba a migración…
Los medios de comunicación sufrieron lo indecible con el aún mandatario. Organizaciones de prestigio mundial y de larga data como The New York Times, The Washington Post, CNN, ABC, CBS y NBC. Hasta hace poco solo
se salvaba Fox News que le hizo el juego hasta unos días después de la elección. Desde Twitter agredió y denostó a medios y periodistas.
Vaya tarea la del presidente número 46 de los Estados Unidos. Para donde se asome Biden hay caos.