El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, se aplicó el sábado la vacuna Pfizer contra el coronavirus en una ceremonia, en la que además lanzó la campaña nacional de vacunación.
Netanyahu y el ministro de Salud, Yuli Edelstein, recibieron la vacuna Pfizer-BioNTech en vivo por televisión “para servir como ejemplos personales y alentar al público a vacunarse”, dijo el primer ministro.
“Este es un día muy importante para el Estado de Israel”, dijo Netanyahu, de 71 años, al ser vacunado en el hospital Sheba, situado en Ramat Gan, cerca de Tel Aviv.
Una vez recibida la vacuna, agregó: “Una pequeña inyección para un hombre y un paso importante para la salud de todos nosotros”.
De esta manera, Israel dio por comenzado el proceso de vacunación, que continuará mañana, cuando empiecen a recibir la vacuna los trabajadores de sanidad y el presidente, Reuvén Rivlin.
A partir del lunes se comenzará también a aplicar la primera dosis a los ancianos en geriátricos y a sus cuidadores, a los mayores de 60 años y, más adelante, a las personas con patologías preexistentes, tras lo que será el turno del resto de población, con excepción de niños, embarazadas, aquellos con alergias agudas y los que ya superaron el coronavirus.
Netanyahu había recibido la semana pasada en el aeropuerto de Ben Gurión el primer lote de las vacunas del laboratorio estadounidense Pfizer en un acto que contó con la presencia de funcionarios y medios de comunicación.
Israel, con nueve millones de habitantes, cuenta con más de 300.000 dosis de la vacuna de Pfizer y prevé recibir cerca de cuatro millones más para finales de mes.
El plan de vacunación prevé la administración de entre 60.000 y 82.000 dosis diarias, aunque medios locales advirtieron que dificultades en la distribución de las vacunas podrían obligar a comenzar más lentamente.
El coordinador nacional para la pandemia, Nachman Ash, señaló que el proceso de inoculación únicamente empezará a mostrar resultados en unos dos meses, por lo que deben seguir respetándose las restricciones. La vacuna consta de dos dosis, que se aplican con un mes de distancia entre ellas.
Además de su acuerdo con Pfizer, Israel tiene también acuerdos con otros fabricantes de vacunas contra, entre ellos la biotecnológica Moderna, que recibió anoche la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos estadounidense y de la cual recibirá seis millones de dosis en los próximos meses.
En total, se pidieron 14 millones de dosis a las empresas Pfizer y Moderna, mintras se negocia la compra de más vacunas a la farmacéutica británica AstraZeneca, a Arcturus (de EEUU) y a la italiana ReiThera.
Netanyahu se sometió a una prueba de coronavirus que dio negativo el lunes pasado, pese a lo que el primer ministro decidió ponerse en cuarentena preventiva tras haber estado en contacto con una persona que contrajo el virus, indicó su oficina.
Los “resultados resultaron negativos”, pero “entrará en aislamiento hasta el viernes, tras estar en contacto con un enfermo”, precisó su oficina en un comunicado.
Varios medios israelíes señalaron que Netanyahu se había reunido la semana pasada con un miembro de su partido Likud, Michael Kleiner, que posteriormente dio positivo en la prueba del virus.
El país, que ya atravesó dos cierres totales, enfrenta actualmente un nuevo aumento en la cantidad de contagios diarios, que de no detenerse podría llevar a la aplicación de nuevas restricciones en las próximas semanas.
“Vemos lo que está sucediendo en Europa, tragedias. Vemos lo que está sucediendo en Estados Unidos, tragedias. No debemos confiarnos antes del final”, había advertido Netanyahu durante una visita al sitio en el que se almacenaron las vacunas Pfizer, antes de comenzar su distribución.
Más de 370.000 personas han dado positivo al coronavirus en Israel desde que se registró el primer caso de la pandemia en febrero, mientras que poco más de 3.000 personas han muerto.
Israel desarrolla su propia vacuna contra el COVID
Mientras tanto, el Ministerio de Sanidad israelí aprobó la semana pasada la segunda fase de ensayos clínicos de la vacuna contra el COVID-19 desarrollada en el país, que durará varios meses y precede a una tercera y última etapa de pruebas.
El Instituto de Israel para la Investigación Biotecnológica, dependiente del Ministerio de Defensa, anunció el lunes 14 de diciembre la decisión en un comunicado donde se detalla que la vacuna se aplicará a unos 1.000 voluntarios mayores de 18 años y en buen estado de salud.
Durante la primera fase, en la que se aplicó a 80 personas, “no se identificaron efectos secundarios significativos” y el comienzo de la segunda fue recomendado por múltiples expertos.
Esta se enfocará en “completar las precauciones de seguridad de la vacuna, determinar la dosis efectiva y precisar aún más la efectividad” de la misma antes de emprender una tercera y última fase que se aplicará a unos 30.000 voluntarios, tanto en Israel como en el extranjero.
”Veo una gran importancia en el desarrollo de una vacuna israelí que seguirá sirviendo a la sociedad israelí en los próximos años”, dijo entonces el ministro de Defensa, Beny Gantz, a días del comienzo del proceso de inoculación en el país, tras la llegada, la semana pasada, de los primeros cargamentos de la vacuna de Pfizer.